Raúl Torres (Elche, 1987) ya de niño era un entusiasta de los cohetes y los dinosaurios. Si bien al principio se decantó por los animales prehistóricos estudiando biología, posteriormente cursó una ingeniería aeroespacial y hoy es el director ejecutivo de la compañía que está desarrollando el primer cohete espacial español, PLD Space, con una inversión de 170 millones de euros, el 80% aportado por inversores privados, entre ellos Aciturri, y el 20% por el CDTI. En cualquier caso, estas dos aficiones protagonizan su amplia colección de libros, cercana a los 4.000 tomos.
Pregunta. ¿Cómo surgió la idea de idear un cohete español?
Respuesta. Cuando leí que en Estados Unidos un grupo de 40 aficionados al espacio había construido un cohete en su casa, una pequeña nave, y la habían lanzado al espacio. Eso me despertó un gran interés y, con el tiempo, empecé a darle forma. Realicé prácticas en el centro de Astrobiología de Vinta en Madrid, vinculado a la NASA. Y justo allí, pensé: ‘Es ahora o nunca’.
P. ¿Es sencillo o complicado establecer una empresa espacial en España?
R. Fundarla es fácil. Ganamos un certamen para emprendedores en Valencia y obtuvimos un premio de 12.000 euros. Con ese capital, Raúl Verdú y yo constituimos la empresa en septiembre de 2011, pero no conseguimos nuestra primera ronda de financiación hasta junio de 2013. Durante todo ese periodo estuvimos trabajando sin remuneración. Buscamos capital por toda España, pero al exponer nuestro proyecto de construir un cohete, nadie quería acercarse. Hasta que nos contactó uno de los miembros del jurado del premio y nos comunicó su deseo de invertir 50.000 euros en la iniciativa. Entonces decidimos que podíamos buscar muchos pequeños inversores y así alcanzar la cifra que requeríamos, que al final superó el millón de euros. Comenzamos la construcción gracias a la buena voluntad de las personas que encontramos en nuestro camino. También hubo quienes se burlaron de nosotros: nos nombraban Mortadelo y Filemón. Y ahora, en la entrada de la oficina, tenemos un cartel de dos metros de Mortadelo y Filemón con un cohete.
P. ¿Cuándo empezaron a percibir un sueldo?
R. En diciembre de 2013 y creo que ganábamos alrededor de 800 euros. Teníamos el dinero tan justo que decíamos: medio millón para el banco de pruebas, el otro medio para el motor y, si sobra algo, cobramos. Ese era el plan, totalmente arriesgado, pero también es cierto que si no lo hubiéramos hecho así, no estaríamos aquí. Ahora somos una empresa con casi 400 empleados, hemos logrado captar 170 millones de euros de capital, poseemos la segunda nave industrial más grande del polígono donde estamos, las instalaciones de Teruel, y estamos a pocos meses de tener nuestro primer vehículo orbital terminado, tras haber lanzado ya el Miura 1, que demostró de inmediato nuestra valía.
P. ¿Para cuándo el primer cohete capaz de transportar pasajeros?
R. El Miura 5 despegará el año próximo para poner satélites de hasta una tonelada en órbita. Es un cohete cuya altura es comparable a un edificio de 11 pisos. Y después desarrollaremos el Miura Next, un vehículo mucho mayor, como un edificio de 27 plantas, con el que se haría posible el transporte de personas. Para eso apuntamos al 2032.
R. Sí, sufro un miedo a volar tremendo. Creo que proviene de mi profundo conocimiento del funcionamiento de un avión, que al fin y al cabo es una máquina, y constantemente pienso en todo lo que puede fallar. No puedo quitármelo de la cabeza.
P. ¿Para 2032 piensa ser uno de los primeros en viajar en su nuevo cohete?
R. Lo sé. Pero Elon Musk, fundador de SpaceX, teniendo una compañía que envía astronautas al espacio cada mes, todavía no ha volado. Le debe dar temor como a mí. Él alega que tiene mucho trabajo, pero yo no lo creo.
P. ¿Admira a Elon Musk?
R. Sí, es una persona envidiable por su capacidad de trabajo y entrega. Dejando de lado que es muy singular y no comparto ciertos aspectos de su personalidad, ha demostrado que es capaz de llevar a cabo proyectos en diversos campos tecnológicos muy avanzados. Además, siendo un hombre con miles de millones, me parece admirable que esté destinando sus inversiones a mejorar la condición de la humanidad; hay muy pocos multimillonarios como él. Yo en su situación haría lo mismo, pero no tengo el capital.
P. ¿Le gustaría ser multimillonario?
R. Sí, pero yo haría lo mismo que él; de hecho, actualmente tengo planes para fundar otras dos empresas, una de genética y otra de robótica, pero no lo he hecho porque PLD consume el 100% de mi tiempo. Tan pronto como me sea posible, las crearé.
P. ¿Le queda algo de tiempo libre?
R. Tengo un niño de tres años y el poco tiempo disponible se lo dedico a él y a mi esposa. Es verdad que algún sábado me escapo a la montaña para hacer senderismo, algo que me encanta.
R. He comenzado a hacer ejercicio, lo que más disfruto es correr y la bicicleta. Antes me ejercitaba bastante y mantenía mi peso, pero con la ansiedad tendía a comer en exceso… Ahora trato de ser consciente de que debo controlar el estrés haciendo deporte. También acudo al fisioterapeuta una vez a la semana, lo cual me ayuda a no sobrecargarme.
P. Tiene 4.000 libros, ¿cuándo logra leer?
R. Leo los fines de semana y, por las noches, siempre intento leer un par de páginas, a veces lo consigo y otras no. También aprovecho los momentos muertos, en la hora de comer, por ejemplo. Siempre llevo un libro conmigo y tengo uno sobre el escritorio al que recurro si tengo un instante libre.
P. ¿Qué está leyendo actualmente?
R. Tengo tres lecturas en curso. Estoy releyendo *El maestro del Prado*, de Javier Sierra, que es un autor que aprecio mucho. Lo he leído tres o cuatro veces. Y luego un libro de Ken Follet, una novela ambientada en la prehistoria, y otro titulado *El enigma de las catedrales*.
Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.















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