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La edición número 74 de Miss Universo, que tuvo lugar en Tailandia, se transformó de una velada glamurosa a una de las más comentadas y controvertidas de la historia del concurso.
Desde incidentes de *bullying* y tropiezos en la tarima, hasta dimisiones de jurados, señalamientos de amaño y atuendos nacionales llamativos por su excentricidad: la gala ofreció de todo un poco.
Este jueves, la representante de México, Fátima Bosch, se alzó con la corona de la mujer más bella del planeta. No obstante, su victoria fue cuestionada de inmediato cuando Omar Harfouch, uno de los miembros del panel evaluador que abandonó antes de la final, denunció públicamente que todo se trató de un supuesto “engaño”.
Harfouch aseveró que existía un jurado “oculto” que habría designado el grupo de las 30 mejores mucho antes de la etapa preliminar, y que su retiro se debió a que no deseaba respaldar lo que, en sus palabras, constituía un proceso “ilegítimo”.
Tras el nombramiento, el pianista manifestó en sus redes sociales que Miss México era “una ganadora fraudulenta” y alegó que el progenitor de la modelo tiene vínculos comerciales con Raúl Rocha, dueño de la franquicia.
Incluso compartió una gráfica —de procedencia dudosa— donde se ve —tremendamente borrosa— a la recién coronada junto al mandamás del certamen, lo que generó una ola de reacciones y más sospechas entre los seguidores.
El nombre de Bosch ya venía siendo tema de discusión días antes, cuando un organizador en Tailandia la tildó de “poco inteligente”, provocando revuelo en medio de la concentración.
Harfouch también indicó que consultó a un despacho legal en Nueva York para considerar presentar una demanda formal contra la Organización Miss Universo.
Uno de los señalamientos más serios apunta a una votación “secreta y no válida” para seleccionar a las 30 aspirantes a semifinalistas, supuestamente efectuada por personas externas al equipo calificador oficial; incluyendo, según él, a alguien con una relación sentimental con una de las participantes.
El evento también estuvo marcado por sucesos inesperados en el podio.
Miss Jamaica, Gabrielle Henry, sufrió un percance aparatoso durante la presentación preliminar que requirió su traslado en camilla a un centro asistencial.
Posteriormente, el presidente de la organización, Raúl Rocha, confirmó que la modelo no presenta fracturas, pero sigue en observación médica.
Otra competidora, Miss Gran Bretaña, Dani Latimer, tropezó también, aunque logró reponerse y completar su aparición.
Aparte del drama, los atuendos regionales acapararon la atención por su inventiva y desmesura:
Miss Noruega desfiló transformada en un “salmón humano”, con un vestuario que se desplegaba en forma de pez y una estructura que simulaba la cabeza del animal.
Miss Sri Lanka emergió de una enorme tetera azul y dorada, inspirada en el renombrado té de Ceilán. La base del traje, provista de ruedas, se llevó los aplausos y las burlas de la noche.
Miss Tanzania encarnó a una abeja, con apéndices en la cabeza, grandes alas y una cola de panal que sobresalía por su tamaño y viveza.
Lo único concreto es que el mundo ya tiene una nueva soberana, y esa es Fátima Bosch.















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