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-Bobby Fischer fue el primer competidor en redondear una puntuación cercana a 2800. En julio de 1972 alcanzó 2785 puntos, una marca que lo situó como el número uno mundial con una diferencia de 125 unidades sobre el segundo, el GM y Monarca Mundial, Boris Spassky. Para aquel momento fue un hito considerable ya que la valoración no reflejaba la “inflación” actual (cincuenta años después) donde hay ajedrecistas con esos elevados dígitos.
-Fischer introdujo al Juego Ciencia el Ajedrez de Estilo Libre, conocido también como Fischer Random o Chess 960. Se denomina así por las 960 configuraciones iniciales posibles de la partida. El propósito de Fischer era eliminar la preponderancia de la memorización de aperturas en el ajedrez tradicional, sustituyéndola por inventiva y destreza. En un escenario donde la posición de arranque fuera aleatoria, sería imposible estudiar cada paso del encuentro; dado que sería demasiado arduo retener en la memoria el “repertorio de aperturas” para 960 esquemas iniciales distintos, los participantes deben idear cada jugada de forma original.
-Bobby fue una figura brillante y polémica, quien defendió el mejoramiento de las condiciones para los jugadores y exigió mejores recompensas económicas. La comunidad del ajedrez le debe mucho en ese aspecto.
-En 1988 Bobby registró en Estados Unidos el “Reloj Fischer”. Su concepto era otorgar a los competidores un tiempo extra por cada uno de sus movimientos, de modo que una partida ganada no se perdiera por el inoportuno agotamiento del tiempo. Su invención resulta muy útil hoy día.
-Si bien hasta finales de 1959, Fischer se vestía de manera poco apropiada para un joven Campeón, presentándose en las competiciones nacionales e internacionales con jerséis y pantalones de pana; más tarde, alentado por su coterráneo Pal Benko a vestir con mayor refinamiento, Fischer comenzó a adquirir trajes de distintas partes del mundo, confeccionados a medida y artesanalmente.
-En 1960, Bobby junto a su colega GM Miguel Najdorf, intentó acceder al Casino de Mar del Plata, pero carecía de un saco para poder entrar. Najdorf le ofreció: “No hay problema, Bobby. Te presto uno; yo tengo 25 sacos”. Fischer quedó asombrado de que alguien poseyera un guardarropa tan extenso. Cuando tiempo después Bobby consolidó su autoimagen y disfrutaba de ser el mejor y el más popular entre sus pares, destinó parte de los haberes de los premios a la adquisición de vestimentas de alta calidad. Hacia finales de los sesenta, Fischer y Najdorf se encontraron en una terminal aérea. Sin tiempo para saludos, Bobby preguntó a Don Miguel si todavía disponía de 25 sacos. Najdorf, quien ni recordaba la anécdota del Casino, respondió sin dudar: “Claro que sí”; Fischer irrumpió en carcajadas y exclamó: “¡También te he superado en esto, Miguelito. Yo ya tengo 26!”.
-Su distinción y carácter contrastan con el atuendo que se observa en algunas competencias actuales. De igual forma, su conducta respetuosa y afable en el área de juego sirve de modelo para los “espectáculos de ajedrez” acostumbrados a las payasadas y que, en muchos casos, pueden mermar el aura tradicional y la belleza del deporte, dejando atrás la época de ajedrecistas pulcros, bien vestidos y muy corteses como Fischer.
Reflexiones de Robert “Bobby” Fischer
1.-No confío en la Psicología. Confío en las buenas jugadas.
2.-Tu organismo debe estar en las mejores condiciones. Tu ajedrez decae conforme tu cuerpo lo hace. Es imposible desligar el cuerpo de la mente.
3.-El ajedrez es un conflicto en el tablero. El fin es doblegar la conciencia del rival.
4.-El ajedrez es la existencia.
5.-Hay jugadores inflexibles y personas de buen trato, y yo soy un competidor firme.
6.-Me veo como un talento que, por azar, practica el ajedrez.
7.-Doy prestigio a todo certamen al que asisto.
8.-La estrategia surge de una posición ventajosa.
9.-Las tablas vuelven aburrido al ajedrez, las victorias lo hacen aguerrido.
10.-Soy el mejor jugador del planeta y estoy aquí para demostrarlo.








