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El especialista también alerta que ciertos víveres catalogados como “desayunos veloces” —cereales endulzados, barritas manufacturadas o zumos procesados— elevan instantáneamente la glucemia y provocan inflamación.
Acciones tan habituales como escoger una infusión, mirar el móvil mientras se come o utilizar el mismo utensilio de cocina diariamente parecen inofensivas. No obstante, para el especialista en gastroenterología formado en Harvard, Saurabh Sethi, estos hábitos cotidianos pueden incidir de manera sutil en la salud digestiva, el metabolismo e incluso el estado anímico. Su perspectiva se centra en que el aparato digestivo funciona como un “centro neurálgico” del bienestar general, y que pequeñas modificaciones tienen una influencia acumulativa significativa.
A continuación, se detallan los puntos clave que el experto sugiere para mantener un sistema digestivo armónico y funcional.
Para Sethi, el primer alimento del día no solo provee energía, sino que también sincroniza el ritmo del sistema digestivo. Explica que mantener intervalos largos sin ingerir nada puede agravar la acidez gástrica, desencadenar reacciones de tensión y ralentizar el tránsito intestinal. Por ello, aconseja no omitirlo y priorizar alimentos ricos en fibra, proteína y micronutrientes.
El experto igualmente advierte que ciertos artículos etiquetados como “desayunos exprés” —como cereales azucarados, barras elaboradas o jugos de fábrica— incrementan de inmediato el azúcar en sangre e inducen procesos inflamatorios. Con el tiempo, esto impacta negativamente en la flora intestinal, esencial para una asimilación efectiva y un sistema inmunitario estable.
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Sethi enfatiza que el entorno en el que comemos es tan crucial como lo que está en el plato. Cuando alguien ingiere alimentos bajo estrés o absorto en pantallas, el sistema nervioso entra en un estado de “alerta” que disminuye la secreción de enzimas y jugos digestivos.
Masticar pausadamente, adoptar una postura correcta y disfrutar los sabores facilita la descomposición de los componentes nutritivos y atenúa la sensación de pesadez. Según el especialista, incluso hábitos menores como realizar respiraciones profundas antes de empezar a alimentarse pueden ayudar a preparar el organismo para una mejor digestión.
Iniciar la jornada con un vaso de agua cumple una doble función: activar las funciones intestinales y promover una movilidad adecuada. Sethi indica que, si bien no hay un horario fijo estricto para la ingesta de líquidos, hacerlo al levantarse ayuda a compensar las extensas horas de ayuno nocturno.
Una hidratación correcta no solo optimiza la digestión, sino que también favorece la absorción de nutrientes y la expulsión de desechos. En individuos con tránsito lento, el hábito de beber agua desde temprano puede reducir los episodios de constipación.
El café puede ser un aliado para el sistema digestivo si se consume de la manera apropiada. El especialista detalla que sus componentes antioxidantes benefician al cerebro, al hígado y al intestino. Sin embargo, al añadirle azúcar, la bebida pasa de ser beneficiosa a detonar inflamación.
Sethi aconseja decantarse por café de origen orgánico o en grano, dado que contienen menos pesticidas. Para quienes padecen ardor o reflujo, sugiere tuestes oscuros o variedades con menor contenido de cafeína, puesto que suelen ser mejor toleradas. Consumirlo con un poco de lácteo o crema también puede disminuir la irritación estomacal.
El gastroenterólogo invita, además, a prestar atención al lugar donde se preparan los alimentos. Las tablas de cortar de plástico, por ejemplo, desprenden micropartículas con el uso reiterado, sobre todo cuando presentan hendiduras profundas. Dicho material puede terminar en las preparaciones sin que el usuario se percate.
Por ello, sugiere optar por tablas de madera, bambú o cristal, que son más seguras y resistentes. También advierte sobre los recubrimientos antiadherentes dañados de las sartenes, ya que podrían albergar PFOA u otros químicos ligados a desequilibrios hormonales. En el hogar, el experto recomienda revisar velas perfumadas y ambientadores, ya que muchos incorporan ftalatos o parafinas que se dispersan en el ambiente y afectan la calidad del aire.
Pese a su popularidad, las bebidas “light” no están exentas de riesgos. Sethi menciona investigaciones que asocian la ingesta frecuente de refrescos sin azúcar con una mayor probabilidad de sufrir afecciones cardíacas. Además, sus edulcorantes artificiales pueden desestabilizar el equilibrio de la flora intestinal.
Estos refrescos también podrían potenciar el apetito, dado que el cerebro registra el dulzor sin recibir un aporte calórico real, lo que activa una búsqueda de alimentos con mayor densidad energética. Por esta razón, el especialista promueve dar preferencia al agua, a infusiones sin endulzar y a jugos naturales.
Finalmente, Sethi resalta la importancia de la constancia. Una rutina matutina bien establecida puede servir de soporte para un aparato digestivo saludable. Entre sus recomendaciones se encuentran:
Además, dar un breve paseo tras el desayuno puede estimular la digestión inicial y mitigar la sensación de pesadez post-comida.














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