¿Estás indeciso entre un monitor o un televisor para jugar? No eres el único. Bastantes jugadores se encuentran en la disyuntiva entre la agilidad de respuesta de un monitor y la magnífica calidad visual de un TV HD.
Si buscas ofertas en televisores o monitores para gaming durante el Black Friday 2025, aquí te detallamos todo lo que necesitas saber para decidirte.
En su función más básica, un monitor de videojuegos y un televisor cumplen el mismo cometido: mostrar imágenes desde un aparato de entrada. Con todo, existen variantes en sus prestaciones.
– Aspectos comunes del monitor para gaming
Los monitores dedicados a juegos admiten un variado repertorio de conexiones, incluyendo HDMI y DisplayPort, y ocasionalmente DVI y VGA, aunque estos últimos son menos usuales en modelos recientes. Carecen de sintonizador de TV, por lo que no sirven para recibir emisiones televisivas convencionales por antena o cable.
Los monitores suelen aventajar en densidad de píxeles y, al aplicar poco o nulo procesamiento de imagen, la mayoría ofrecen un *input lag* casi inexistente. Estas cualidades aseguran una experiencia clara y muy reactiva.
Naturalmente, los monitores tienden a ser bastante más pequeños que los televisores. Son más sencillos de ubicar en un escritorio de juego. La mayoría incorpora soportes ajustables que facilitan conseguir el mejor ángulo de visión y el uso de múltiples pantallas simultáneamente.
– Prestaciones habituales de la Smart TV
Los televisores actuales cuentan con puertos HDMI y rara vez incluyen algo más, a excepción de un sintonizador de TV, destinado a la recepción de señal abierta. Este sintonizador es lo que define a un televisor como tal.
Los televisores suelen ofrecer pantallas más amplias. Aunque algunos se solapan con los monitores, llegan a tamaños enormes, superando las 100 pulgadas de diagonal. Esto, obviamente, es excesivo para un escritorio. Los televisores poseen soportes básicos con escasa o nula capacidad de ajuste.
La mayoría de los televisores incluyen numerosas funcionalidades. Un mando a distancia es prácticamente un estándar. El soporte HDR es común, al igual que los altavoces incorporados. Las televisiones inteligentes tienen un sistema operativo propio, eliminando la necesidad de conectar un dispositivo de *streaming* para ver plataformas como Netflix.
Monitores y televisores para juegos difieren en la calidad de imagen. Ambos lucen bien, pero cada uno a su modo.
Los televisores toman la delantera en bastantes aspectos de la calidad visual, como el brillo, el contraste y la gama de colores. Frecuentemente emplean tecnologías superiores como paneles OLED o retroiluminación Mini-LED para entregar la mejor experiencia visual. No obstante, hay convergencia: los mejores monitores gaming también poseen paneles OLED o Mini-LED.
La disparidad se nota más en contenido HDR, que requiere un rango de brillo y contraste superior al que la mayoría de los monitores puede gestionar. Los televisores más asequibles también sufren, pero los modelos de gama media tienen ventaja.
Sin embargo, los monitores 4K destacan en nitidez. La mayoría presenta una mayor densidad de píxeles que los televisores comparables. Algunos televisores 4K usan una configuración de subpíxeles atípica o una técnica llamada submuestreo de croma, lo que puede originar problemas de nitidez al mostrar texto pequeño o elementos de interfaz. Esta diferencia no es perceptible si se mira desde lejos, pero se hace más patente al estar cerca.
La mayoría de los gamers buscan una pantalla que ofrezca un rendimiento sobresaliente, el cual generalmente se divide en tres áreas: latencia de entrada, tasa de refresco y tiempos de respuesta del píxel.
La latencia de entrada (IN) es el tiempo que transcurre desde la acción del usuario hasta que se muestra en pantalla. La mayoría de los monitores añaden solo unos pocos milisegundos de demora. Algunos televisores tienen baja latencia, pero otros no, por lo que es crucial leer análisis y evitar aquellos con un *input lag* elevado.
La tasa de refresco, medida en Hercios (Hz), es cuántas veces actualiza su imagen una pantalla por segundo. Una tasa más alta resulta en un movimiento más suave. El estándar es 60 Hz, pero incluso los monitores gaming económicos pueden llegar a 144 Hz. Los de gama alta alcanzan 240 Hz o incluso 360 Hz. Próximamente veremos monitores que lleguen hasta los 500 Hz.
Algunos televisores 4K recientes logran 120 Hz, pero muchos aún se mantienen en 60 Hz. Es importante notar que las marcas de TV suelen promocionar alta “frecuencia de movimiento” o nomenclatura similar. Esto es un truco de mercadotecnia y no equivale a la tasa de refresco real.
Los televisores tienen menor probabilidad de soportar tecnologías de sincronización adaptativa como FreeSync y GSync, comunes en monitores de juegos. Esta funcionalidad permite que la pantalla sincronice su tasa de refresco con el dispositivo de entrada para lograr fluidez en el movimiento y una cadencia correcta entre cada fotograma.
Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.















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