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A lo largo de sucesivas temporadas, los índices de audiencia de la serie no dejaron de aumentar hasta alcanzar un tope de 17 millones de televidentes
La icónica serie ambientada en un mundo postapocalíptico, “The Walking Dead”, celebra 15 años desde la emisión de su capítulo inicial en la cadena AMC estadounidense. Luego de 11 temporadas y 12 años en pantalla, habiendo logrado picos de audiencia de hasta 17 millones de espectadores, se ha consolidado como un referente para otras producciones y continúa cautivando al público con sus producciones derivadas (“spin-off”).
“The Walking Dead” arrancó en 2010 como una iniciativa de la televisión por cable americana, con la meta de atraer a millones de televidentes. Su género de horror y ciencia ficción, centrado en zombis devoradores de carne, auguraba un éxito seguro entre los seguidores de este tipo de relatos, aunque quedaba en duda si podría trascender ese nicho.
De una temporada a otra, las cifras de espectadores no hicieron más que crecer hasta llegar al máximo de 17 millones. Este triunfo transformó a la serie en un fenómeno que alcanzó el anhelo de toda producción: ser tema de conversación generalizada. Irónicamente, los aficionados al género zombi resultaron ser sus más severos jueces, mas los números demostraban que, a pesar de ello, seguían viendo el programa.
Robert Kirkman, guionista, y Tony Moore, dibujante, fueron los creadores, en 2003, del cómic “The Walking Dead”, que narra la lucha por la subsistencia del sheriff Rick Grimes, quien despierta de un coma tras ser herido de bala y descubre un planeta colonizado por zombis y con su familia desaparecida.
Kirkman y Moore basaron sus historietas en los muertos vivientes del célebre cineasta George A. Romero, quien con su largometraje inaugural “La noche de los muertos vivientes” (1967), definió para siempre los atributos esenciales de estos seres que regresan a la vida, agresivos y carnívoros. Una trama que sirve de análisis a la condición humana y cómo esta reacciona ante un desafío de tal magnitud.
Se llegaron a publicar 193 números de la historieta “The Walking Dead”, hasta julio de 2019. A lo largo de esos años, el arte del cómic tuvo un relevo: Moore fue sucedido por Charlie Adlard, y en 2010 se inició la adaptación para televisión. Ese mismo año, el cómic fue galardonado con el Premio Eisner a Mejor Serie Continua, un reconocimiento equiparable a los Óscar de Hollywood para el ámbito cinematográfico.
El oficial protagonista, que se recupera de un estado de inconsciencia en un mundo asolado por zombis, es retratado como un hombre común que, ante una realidad de tal calibre, responde con un firme sentido del deber y la responsabilidad. El actor seleccionado para interpretar al personaje fue el británico Andrew Lincoln, conocido por su participación en “Love Actually” (Richard Curtis, 2003), quien dejaría la producción norteamericana en la novena temporada por asuntos personales. Señaló la dificultad que implicaba para él estar lejos de su hogar en Inglaterra mientras filmaba en Estados Unidos, y su personaje fue retirado de la narrativa sin morir en la ficción.
El intérprete comentó que, para prepararse en su rol, tomó inspiración de Gary Cooper como figura central de “Solo ante el peligro” (Fred Zinnemann, 1952), un legendario alguacil de la historia del cine que debe hacer frente, en solitario, a un exrecluso que planea eliminarlo. Adicionalmente, le influyó una cita del escritor francés y galardonado con el Premio Nobel de Literatura Romain Rolland: “A hero is a man who does what he can” (“Un héroe es alguien que hace lo que le es posible”).
Tras la partida de Lincoln, el rol principal fue asumido por otro personaje clave en “The Walking Dead”: Daryl Dixon, el principal colaborador del sheriff Rick Grimes, quien toma su lugar tras resultar herido y ser capturado por un grupo de sobrevivientes con fines perversos. El actor que dio vida a Daryl Dixon fue Norman Reedus, llegando a convertirse en el protagonista principal hasta el desenlace de la serie.
Cuando surgieron los esperados “spin-off” de la serie original, tanto el sheriff Rick Grimes como Daryl Dixon contaron con sus propias producciones: “The Walking Dead: The Ones Who Live”, que supone el reencuentro con el sheriff Grimes después de años desaparecido, e implicó el retorno del actor Andrew Lincoln en 2024; y “The Walking Dead: Daryl Dixon”, que trasladó la trama fuera de Norteamérica hacia Europa, incluida España, presentando escenarios tan conocidos como la Costa da Morte en A Coruña, el Pueblo Viejo de Belchite en Zaragoza o la Plaza de España en Sevilla.
Por su desempeño en esta serie, Andrew Lincoln fue reconocido en 2015 y 2017 con el Premio Saturn de la Academia Norteamericana de Cine de Ciencia Ficción, Fantasía y Terror como Mejor Actor de Televisión, entre otros reconocimientos y nominaciones. Por otro lado, Norman Reedus obtuvo, en 2014, el Premio Saturn como Mejor Actor de Reparto, también por “The Walking Dead”.
Las narrativas de zombis formaban parte, desde sus inicios, de un género muy específico, con un público bastante delimitado, hasta que el éxito arrollador de “The Walking Dead” hizo tambalear esas preconcepciones. Una vez convertida en fenómeno, la serie no dejaba de ser cuestionada por los seguidores más puristas del género, llenando las redes y los foros de opiniones fundamentadas que no hacían sino aumentar el interés y las ganas de verla entre el público general.
Además, “The Walking Dead” sirvió de modelo para producciones subsiguientes que se nutrieron de sus innovaciones. Entre los giros más audaces, el hecho de que algunos de sus personajes principales sucumbieran a las fauces de los zombis tempranamente, una práctica que adoptaría, por ejemplo, la exitosa serie “Juego de tronos” (David Benioff y D. B. Weiss, 2011-2019), donde los personajes centrales veían sus cabezas colocadas rápidamente en estacas.
Otras series, como “Stranger Things”, concebida por los hermanos Matt y Ross Duffer y estrenada en 2016, o “El cuento de la criada”, creada por Bruce Miller y basada en la novela homónima de la autora canadiense Margaret Atwood, lanzada en 2017, se beneficiaron de una senda abierta al ámbito de la ciencia ficción y el horror apocalíptico gracias a esta producción, que ahora alcanza los 15 años desde su debut. Una cifra insignificante para un zombi que es inmortal, según el filme de George A. Romero “La noche de los muertos vivientes” (1967), y que solo termina su existencia si alguien logra destruir su cerebro.















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