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Trump mantiene al orbe en ascuas con su inesperada directriz sobre ensayos atómicos

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Moscú y Pekín no han efectuado dichos ensayos desde 1990 y 1996, respectivamente.

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Cuando un corresponsal noticioso de la AFP le inquirió si se refería a efectuar detonaciones nucleares subterráneas por primera vez en suelo estadounidense desde 1992, Trump manifestó a los periodistas a bordo del Air Force One: “No lo voy a confirmar”.

El mandatario de EE. UU., Donald Trump, refirmó el viernes su intención de llevar a cabo ensayos de armamento nuclear, si bien de nuevo no se pronunció claramente sobre si implicaba detonaciones reales, una directriz que ha suscitado inquietud y confusión a escala mundial.

Cuando un periodista de la AFP le preguntó si se refería a realizar explosiones nucleares subterráneas por primera vez en Estados Unidos desde 1992, Trump respondió a los reporteros a bordo del Air Force One: “No voy a decirlo”.

“Lo sabrán muy pronto, pero realizaremos algunos ensayos, sí, y otras naciones lo están haciendo. Si ellos van a hacerlo, nosotros también lo haremos”, comentó, durante el trayecto para pasar la festividad de Halloween en su club de golf en Florida.

Ninguna nación, salvo Corea del Norte, ha efectuado pruebas de artefactos nucleares en décadas. Moscú y Pekín no han efectuado dichos ensayos desde 1990 y 1996, respectivamente.

Como es costumbre, Trump utilizó las plataformas sociales para divulgar su inesperado anuncio de que EE. UU. reanudaría los ensayos atómicos. Lo hizo el jueves minutos antes de su encuentro con su homólogo chino, Xi Jinping, en territorio surcoreano.

La determinación del republicano provocó una fuerte sacudida global. El Estado persa, adversario acérrimo de Washington, señaló que esta medida “desatinada” representa “un peligro para la estabilidad y seguridad internacionales”.

El comunicado se dio a conocer tras las afirmaciones de Rusia sobre haber ensayado recientemente un nuevo misil crucero impulsado por energía nuclear, el Burevestnik, junto a un dron submarino con capacidad atómica.

Irán, cuyo polémico programa nuclear fue atacado por fuerzas estadounidenses bajo órdenes de Trump a inicios de año, calificó la disposición como “regresiva e irresponsable”.

El ministro iraní de Asuntos Exteriores, Abbas Araghchi, se refirió a Trump como “un bravucón provisto de ojivas nucleares” que “ha denigrado el programa nuclear pacífico de Irán”.

“Bastante sensato”

La organización nipona Nihon Hidankyo —conformada por supervivientes de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki— consideró la acción como algo que “contradice directamente los esfuerzos de países a nivel mundial que buscan un planeta en paz sin armas nucleares, y es absolutamente inaceptable”.

En medio de la preocupación internacional y de algunos integrantes del Congreso estadounidense, el secretario de Defensa de Trump, Pete Hegseth, aseguró que el Pentágono estaba actuando “con premura” para acatar las indicaciones de Trump y que efectuar las pruebas era “un acto de responsabilidad”.

“El presidente ha sido claro: necesitamos una capacidad de disuasión nuclear creíble”, declaró a los medios en Kuala Lumpur.

“Reanudar los ensayos es una forma bastante sensata de conseguirlo. Pienso que esto reduce la posibilidad de un enfrentamiento nuclear”, agregó.

Sin embargo, el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Guo Jiakun, instó a EE. UU. a “respetar estrictamente” los acuerdos que vetan las comprobaciones nucleares.

El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, comunicó mediante un portavoz que “las pruebas nucleares jamás deben permitirse bajo ningún pretexto”.

Washington suscribió en 1996 el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, abarcando tanto fines bélicos como civiles.

Rusia objeta

Moscú declinó la idea de que sus recientes exploraciones armamentísticas fundamenten la decisión de Trump, y puso en duda que el presidente estadounidense esté correctamente al tanto de sus actividades.

Las recientes maniobras con armamento “no pueden ser entendidas de ninguna manera como una prueba atómica”, declaró un representante del Kremlin. “Confiamos en que la información se haya transmitido debidamente al presidente Trump”, dijo Dmitri Peskov.

Luego, sugirió que Rusia podría llevar a cabo sus propios ensayos de detonación si Trump lo hiciera primero.

El Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI), una entidad de referencia en el tema, estima en 4,309 las ojivas nucleares que Rusia tiene desplegadas o guardadas, mientras que EE. UU. cuenta con 3,700 y China, con 600.

Estados Unidos efectuó 1,054 inspecciones nucleares entre 1945 y 1992, y es la única nación que ha utilizado este tipo de armamento. Desplegó dos bombas atómicas en 1945, durante la Segunda Guerra Mundial, contra las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki.

El último ensayo con explosión de EE. UU. fue en septiembre de 1992.

El entonces gobernante estadounidense George H. W. Bush decretó un mes después una suspensión de nuevos ensayos. Una determinación que las administraciones subsecuentes, incluida la primera de Trump (2017-2021), mantuvieron.

Las comprobaciones nucleares fueron sustituidas por simulaciones informáticas avanzadas.

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