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El empresario Jeffrey Epstein, imputado por abuso sexual, comunicó a un periodista en un email de 2019 que Donald Trump “tenía conocimiento sobre las jóvenes”, conforme a comunicaciones reveladas el miércoles, si bien la Casa Blanca replicó con celeridad acusando a los demócratas de divulgar partes de esos correos para dañar la imagen del presidente.
Los mensajes, hechos públicos por los demócratas del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, también incluyen una nota de Epstein de 2011 donde mencionaba que Trump había “empleado horas” en su domicilio junto a una víctima de tráfico de personas.
Estas revelaciones parecían buscar reavivar interrogantes sobre el vínculo de Trump con Epstein y cualquier posible implicación que pudiera haber tenido en lo que los fiscales describen como una trama de años de Epstein para abusar de menores. El mandatario republicano ha negado consistentemente cualquier saber sobre los alegados crímenes de Epstein y asegura haber roto su relación hace tiempo.
La parte del correo de 2011 difundida por los demócratas omitía el nombre de la víctima, pero los republicanos del comité indicaron después que se trataba de Virginia Giuffre, quien acusó a Epstein de forzarla a tener encuentros sexuales con varios de sus amigos adinerados y poderosos.
Esto resulta significativo dado que Giuffre, antes de su deceso a principios de este año, había mantenido firmemente que Trump no se encontraba entre los hombres que la habían agredido.
En una declaración judicial, juró no creer que Trump estuviera al tanto de la conducta inapropiada de Epstein con menores. Y en sus memorias, publicadas recientemente, describió haber coincidido con Trump solo una vez, cuando trabajaba como empleada de spa en su club Mar-a-Lago en Palm Beach, Florida.
Giuffre relató que su progenitor, que también trabajaba en el club, le presentó a Trump. Lo describió como cortés y recordó que se ofreció a ayudarla a conseguir puestos de niñera con familias que laboraban en el club. Otros empleados de la casa de Epstein testimoniaron bajo juramento que, si bien Trump visitó las instalaciones de Epstein, no lo observaron actuar de forma indebida.
La vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, señaló que los demócratas habían “filtrado selectivamente correspondencia” para “fabricar un relato falso con el fin de difamar al presidente Trump”.
Estos textos forman parte de un conjunto de 23.000 documentos entregados al Comité de Supervisión por el patrimonio de Epstein. Su difusión reaviva una historia que empañó la gestión de Trump durante el verano, cuando el FBI y el Departamento de Justicia anunciaron de manera inesperada que no publicarían más expedientes que los investigadores habían estado revisando por semanas, frustrando a teóricos de la conspiración e investigadores no profesionales en línea que esperaban nuevos descubrimientos.
En un mensaje de 2019 dirigido al periodista Michael Wolff, quien ha escrito extensamente sobre Trump, Epstein escribió sobre el presidente: “Claro que sabía de las chicas, pues le pidió a Ghislaine que se detuviera”.
En un correo del 2 de abril de 2011 enviado a Ghislaine Maxwell, compañera de Epstein, actualmente presa por conspiración para participar en tráfico sexual, Epstein redactó: “Deseo que entiendas que ese perro que no ladró es Trump. (Nombre oculto) estuvo horas en mi casa con él, y jamás se le ha mencionado. Jefe de policía, y demás. Estoy casi convencido”.
Maxwell contestó ese mismo día: “He estado reflexionando sobre ello”.
El nombre de la persona que supuestamente compartió tiempo con Trump fue censurado en el correo, pero los demócratas de la Cámara de Representantes la identificaron como una “víctima”.
Leavitt sostuvo que la persona anónima referida en los correos es Giuffre, quien acusó al entonces príncipe Andrés del Reino Unido y a otros hombres influyentes de haberla explotado sexualmente en su juventud y quien se quitó la vida en abril. Andrés, a quien el rey Carlos III le retiró recientemente honores y expulsó de su residencia real tras semanas de presión para que tomara medidas respecto a su vínculo con Epstein, ha rebatido las acusaciones de Giuffre y ha manifestado no recordar haberla conocido.
Leavitt declaró en un comunicado que Giuffre había “expresado en múltiples ocasiones que el presidente Trump no estuvo involucrado en ningún acto ilícito y que ‘no podría haber sido más amable’ en sus escuetas interacciones”.
“La realidad es que el presidente Trump apartó a Jeffrey Epstein de su club hace décadas por acosar a sus empleadas, incluida Giuffre”, añade el comunicado. “Estas historias no son más que intentos maliciosos de desviar la atención de los logros históricos del presidente Trump, y cualquier ciudadano sensato percibe claramente este engaño y la obvia cortina de humo que supone para evitar la reanudación de las labores del gobierno”.
Giuffre hizo pública su situación tras una indagación inicial que culminó con una pena de 18 meses de cárcel en Florida para Epstein, quien alcanzó un acuerdo secreto para evadir un juicio federal declarándose culpable de cargos estatales menores relacionados con solicitar prostitución. Fue liberado en 2009.
En querellas posteriores, Giuffre afirmó ser una joven empleada del spa de Mar-a-Lago cuando Maxwell se le acercó en el año 2000.
Los representantes legales de Maxwell, una figura social británica, han argumentado que nunca debió ser juzgada ni sancionada por su rol en el reclutamiento de adolescentes para ser agredidas sexualmente por Epstein. Cumple una sentencia de 20 años de cárcel, aunque fue trasladada de un centro federal de baja seguridad en Florida a una instalación penitenciaria de mínima seguridad en Texas tras ser interrogada en julio por el Fiscal General Adjunto Todd Blanche.
Epstein se quitó la vida en una prisión de Nueva York en 2019 mientras aguardaba ser juzgado por cargos federales.















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