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Observé *La Grande* en marzo, todavía en cartelera dominicana, y recientemente la volví a apreciar en la inauguración de la muestra de cine dominicano en España, “Todo Cine. Todo Dominicana”, para refrescar algunos diálogos y cumplir con la escritura de este texto.
Este encuentro, que se llevó a cabo del 25 al 28 de octubre y del 3 al 5 de noviembre, fue coordinado por la Embajada de la República Dominicana ante el Reino de España, en alianza con la Dirección General de Cine (DGCINE), y contó con el respaldo del Ministerio de Cultura, el Consulado General Dominicano en Madrid y el Instituto de Dominicanos y Dominicanas en el Exterior (INDEX).
Comprobé, una vez más, que esta cinta dirigida por Tito Rodríguez trasciende el relato biográfico de Manuela Josefa Cabrera Taveras “Fefita La Grande”; es una afirmación cultural. La producción, a cargo de Antonio Rubio de Lolo Films, narra cómo Fefita agarró un acordeón cuando se consideraba que eso “no era propio de mujeres”.
En la película sobresale un reparto que proyecta veracidad. Lumy Lizardo interpreta con maestría a la Fefita adulta: su presencia da sustancia a la tenacidad, al arte y al carácter de una intérprete que jamás pidió permiso para tocar. Mariela Pichardo, como la Fefita adolescente, aporta calidez y lozanía, mientras que Fahdly Jacobo, en el rol de la niña, maneja una naturalidad que emociona.
Hay una secuencia que encapsula años de obstáculos invisibles: un promotor discográfico le expresa con desdén e incredulidad que su primer álbum no tendrá éxito. El resto es historia conocida.
*La Grande* va más allá de la adversidad. Muestra también el nexo fundamental con su progenitor, Don Seíto, quien la apoyó desde pequeña, le transmitió el oficio y le facilitó entradas en un ámbito masculino. Esa conexión familiar no es un mero detalle sentimental; constituye el cimiento de su perseverancia.
El filme se distingue adicionalmente por su enfoque visual y narrativo: la fotografía captura con acierto el Cibao rural, y el vestuario sitúa la época con exactitud. Es una representación sincera, sin enaltecer lo difícil ni exagerar lo cotidiano.
Este largometraje aparece en un momento justo. En una nación donde por mucho tiempo se ha simplificado la figura de Fefita, reducida a imágenes virales, bromas o comentarios machistas, *La Grande* le otorga el estatus que le corresponde: el de una precursora que despejó caminos para muchas otras mujeres en la música popular. Es un mérito que realza la dedicación, la pericia y la dignidad del arte dentro de un género frecuentemente menospreciado por las élites intelectuales.
Como película inaugural en España, no solo es motivo de orgullo nacional, sino también un indicio de que el cine dominicano debe seguir contando nuestras vivencias con hondura. Es, asimismo, una invitación a reevaluar cómo honramos a nuestras artistas: a menudo dotadas, siempre resilientes, y todavía insuficientemente reconocidas en la narrativa histórica.
En tiempos donde el entretenimiento se inclina hacia lo fugaz, contar con una obra que celebra la dedicación, el paso del tiempo y la resistencia se vuelve un acto cultural.
Más que el relato de una artista, *La Grande* propone una mirada más amplia: concebir el acordeón como emblema de transformación, la música típica como espacio de equiparación, y a la mujer no como excepción, sino como parte esencial de nuestra cultura. Con esta perspectiva, Fefita La Grande deja la plataforma abierta para el avance de otras.
Si alguna vez hubo dudas sobre si una mujer con un acordeón al hombro tenía cabida, esta película responde: Sí la tiene. Y se lo merece.
Porque más allá de la trayectoria de “La Mayimba”, nos recuerda el valor de todas las mujeres que sostienen nuestra identidad popular. Mujeres que, como ella, continúan tocando a pesar de las negativas del mundo.
Y en el plano personal, solo me resta expresar profunda admiración y respeto hacia Fefita La Grande. Por su talento, por su audacia y por su valentía. Porque ha sabido mantenerse fiel a sí misma en un medio que rara vez ha sido equitativo con las mujeres. Porque ha convertido el acordeón en estandarte y el merengue típico en una manifestación de libertad. Fefita no solo personifica una era: encarna la fortaleza y la autenticidad de un país que aún necesita aprender a honrar a sus verdaderas creadoras.
Datos Técnicos
Título: La Grande
Dirección: Tito Rodríguez
Producción Ejecutiva: Antonio Rubio, Lolo Films
Tiempo de Exhibición: 1 hora y 40 minutos
Género: Biografía/Drama
Guion: Élido Alberto Cruz
Adaptación Cinematográfica: Félix Amado Rosario Viñas
Fotografía: Francis Adamez
País: República Dominicana
Conducción Musical: José Torres
Elenco: Fahdly Jacobo (Fefita niña), Mariela Pichardo (Fefita joven) Lumy Lizardo, Johanny Sosa, la reconocida María Ligia Grullón (Maestra teatral), (37 por las tablas) Raúl Plácido Miguel Bucarelli, Gilberto Hernández, Jozze Sánchez, Paloma Palacios, Elsa Iris Liranzo, Teo Terrero, José Mota. y Geovanni Jerez, Julie Carlo.















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