El impasse entre el presidente Luis Abinader y el Senado duró más de 100 días, ya que este alegó no haber recibido la aprobación del Congreso para un proyecto de ley que buscaba reformar la Ley de Gestión Integral y Coprocesamiento de Residuos Sólidos (Ley N.° 225-20). El 28 de julio, seis días después de concluido el proceso legislativo en ambas cámaras del Congreso, Abinader anunció que revisaría el proyecto de ley, que buscaba reformar el marco legal vigente. Sin embargo, transcurrieron meses y aún no había presentado formalmente sus recomendaciones al Senado. Al ser interrogado repetidamente por la prensa al respecto, culpó al presidente del Senado, Ricardo del Loos Santos, alegando que era su responsabilidad asegurar que los documentos aprobados llegaran al presidente. Tras este prolongado proceso, el 4 de noviembre, el Poder Ejecutivo presentó sus recomendaciones a los senadores sobre las reformas necesarias.
Finalmente, tras la revisión, el Senado decidió este viernes aceptar el contenido de la carta del presidente. El presidente Abinader consideró necesario modificar más de diez cláusulas, así como suprimir y añadir texto, ya que, según un comunicado a los medios la semana pasada, estas cláusulas contenían errores. Las enmiendas incluyen fijar el plazo de eliminación gradual de los plásticos de un solo uso y la espuma de poliestireno en 12 meses, según lo dispuesto por la ley, con la excepción de los platos cubiertos (comúnmente conocidos como “platos para laptop”) y las bandejas, cuyo plazo de eliminación se extiende a 24 meses debido a la falta de alternativas económicamente competitivas.
La Presidencia también obtuvo un plazo de 12 meses del Congreso para que las empresas comiencen a cobrar por las bolsas de plástico no biodegradables. La propuesta del gobierno establece: “Durante este período, las empresas deben realizar campañas promocionales para fomentar el uso de bolsas reutilizables o ecológicas”. Además, estipula una prohibición de 60 días para la importación de cubiertos, tenedores, cuchillos, cucharas, tapas de plástico y cualquier otro producto no biodegradable a partir de la fecha de entrada en vigor de la ley. Otras propuestas incluyen la revisión de las normas para el establecimiento de estaciones de transferencia, vertederos y plantas de valorización energética de residuos, eliminando las restricciones geográficas y permitiendo su establecimiento en función de circunstancias específicas, siempre que se respete cierta distancia.
El Presidente declaró en su dictamen que las tarifas básicas pagadas a los operadores privados se mantendrán sin cambios, sin aumentar significativamente los requisitos legales, pero permitiendo que los fideicomisos determinen las tarifas anualmente con base en una fórmula que considera los costos operativos, los márgenes de ganancia de las instalaciones y la inflación. “La fórmula también considera la tasa de depreciación determinada anualmente por el fideicomiso y los costos de transporte de los residuos sólidos”, indicó un comunicado de prensa oficial. Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.









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