El almirante estadounidense Frank M. Bradley relató lo ocurrido el 2 de septiembre en una reunión con legisladores.
El almirante Frank M. Bradley ordenó un segundo ataque para eliminar a los dos supervivientes del bombardeo a una presunta narcolancha el pasado 2 de septiembre. El primer ataque había causado la muerte de 9 de los 11 tripulantes y destruido la embarcación.
Este fue el primer ataque de la campaña militar que EE.UU. lleva a cabo en el Caribe y Pacífico, y que hasta la fecha ha generado gran polémica, tras revelarse que el secretario de Defensa, Pete Hegseth, había dado la orden de matar a todas las personas a bordo de embarcaciones sospechosas.
Bradley se reunió la semana pasada con legisladores para relatar lo sucedido aquel día y, según informó The Washington Post, detalló el segundo ataque, su decisión y el asesoramiento legal que recibió en ese momento.
¿Qué ocurrió ese día?
Bradley explicó que se lanzó una bomba guiada por láser que mató a 9 de las 11 personas a bordo, hundió el motor y volcó la proa del barco. Cuando el humo se disipó, se observó a dos hombres supervivientes intentando voltear los restos. Ambos luchaban por mantenerse sobre los escombros del naufragio.
Entonces, Bradley consultó con un abogado militar que le asesoraba y decidió realizar un nuevo ataque, que tuvo lugar aproximadamente media hora después del primero, momentos después de que los dos hombres miraran al cielo agitando los brazos. Consideró que la definición de náufrago no aplicaba a esas dos personas en medio del océano. Posteriormente, misiles hundieron los restos de la embarcación.
El almirante cumplía las órdenes de Hegseth de matar a los pasajeros, hundir el barco y destruir la supuesta droga. Sin embargo, Bradley afirmó que creyó que ninguno de esos objetivos se había cumplido, dejando dudas sobre la certeza de la existencia de drogas bajo los restos del navío o sobre si los supervivientes podían pedir auxilio o tenían intención de rendirse.
La justificación para defender la campaña militar es que Washington ha declarado la guerra al narcotráfico y, por tanto, los supuestos narcotraficantes no son criminales, sino combatientes enemigos, aunque este razonamiento ha sido duramente criticado.
Nicolás Maduro ha declarado en repetidas ocasiones que su país es víctima de “una guerra multiforme” orquestada desde EE.UU. y acusó a Washington de inventar “una nueva guerra eterna”. El mandatario explicó que las agresiones de EE.UU. contra Venezuela tienen como objetivo “cambiar el régimen” y robar su “inmensa riqueza petrolera”.
Ese día, en la sala de operaciones hubo desacuerdo sobre si los dos supervivientes seguían siendo objetivos tras el primer ataque o debían ser considerados náufragos, definidos por el derecho internacional como personas en peligro en el mar tras un accidente en su embarcación y que se abstienen de cualquier acto hostil.
La defensa: combatientes y sin señal de rendición
Bradley defendió que el objetivo del segundo misil no eran los dos supervivientes, sino hundir los restos del barco y cualquier remanente de cocaína que pudiera haber.
Incluso bajo el argumento estadounidense de que las personas que trafican con droga son combatientes, una vez que naufragan se debe intentar su rescate antes de realizar un nuevo ataque, según el derecho internacional. Sin embargo, aquel día las tropas enviadas por la Casa Blanca no contaban con personal ni equipo para rescatar a nadie.
El almirante señaló que su equipo no pudo descartar que los hombres, que estaban sin camisa y se mantenían en el agua, tuvieran un dispositivo de comunicación para pedir ayuda, pero no se interceptó ninguna comunicación tras el primer ataque, ni se detectó otra embarcación que acudiera en su auxilio.
“Nos vamos a quedar con el petróleo”: Trump entra en ‘modo robo’ con el petrolero incautado en las costas de Venezuela
Aunque la campaña militar ha sido presentada por el presidente Donald Trump como una operación antidrogas a gran escala, principalmente contra el fentanilo, se sabe que la mayoría de los barcos atacados eran sospechosos de transportar cocaína. En este caso específico, además, se sabe que su destino era Surinam, país al este de Venezuela, y no EE.UU. Además, la mayoría de la droga que circula por el Caribe se dirige a Europa y África occidental.
Durante su encuentro con legisladores, Bradley afirmó que buscó señales de rendición de los hombres, como agitar un pañuelo o levantar los brazos, pero no observó esos gestos. Sin embargo, el 2 de septiembre era casi seguro que los tripulantes del barco atacado desconocían que Washington les había declarado la guerra, ni que estaban siendo atacados por fuerzas estadounidenses. Tampoco sabían que debían rendirse, ni cómo hacerlo.
Este operativo fue el primero de una extensa campaña para perseguir a presuntos narcotraficantes cerca de las costas venezolanas. En total, ya han sido atacadas más de 20 embarcaciones y asesinadas casi 90 personas.
Claves de la agresión de EE.UU. en el CaribeDespliegue militar: desde agosto pasado, EE.UU. mantiene una fuerza militar significativa frente a las costas de Venezuela, justificándola como parte de la lucha antidrogas. Washington anunció luego la ‘operación Lanza del Sur’, con el propósito oficial de “eliminar a los narcoterroristas” del hemisferio occidental y “proteger” a EE.UU. “de las drogas que están matando” a sus ciudadanos. Este miércoles, Donald Trump anunció la incautación de un petrolero en las costas de Venezuela y reveló que Washington pretende apoderarse del petróleo que transportaba el buque.Operativos letales: como parte de estas operaciones se han realizado bombardeos contra presuntas embarcaciones de narcotraficantes en el Caribe y el Pacífico, con un saldo de más de 80 personas muertas y sin pruebas de que realmente traficaran con estupefacientes.Acusaciones y recompensa: Washington ha acusado sin presentar evidencias al mandatario venezolano, Nicolás Maduro, de liderar un cártel del narcotráfico y ha duplicado la recompensa por su captura.Postura de Caracas: Maduro denuncia que el objetivo real de EE.UU. es un “cambio de régimen” para apoderarse de las inmensas riquezas petroleras y gasísticas de Venezuela.Falta de sustento: la ONU y la propia DEA señalan que Venezuela no es una ruta principal para el narcotráfico hacia suelo estadounidense, ya que más del 80 % de las drogas utilizan la ruta del Pacífico.Condena internacional : Rusia, el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos y los Gobiernos de Colombia, México y Brasil han condenado las acciones estadounidenses. Expertos califican los ataques a embarcaciones como “ejecuciones sumarias” que violan el derecho internacional. Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.










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