Frente a la calle se extiende una residencia con fachada de estilo colonial donde residió Lilís.
En la renovada calle Mercedes, sobresale un moderno edificio con una atalaya de reloj de 32 metros de altura que, en su momento (1936), llegó a ser la estructura más elevada de Santo Domingo.
Posee una base cuadrada y está coronada por un tejado a cuatro aguas con tejas de barro, siendo el componente más llamativo del conjunto, según indican los expertos de Santo Domingo Guía de Arquitectura.
Se trata de la Primera Iglesia Evangélica Dominicana que, entre sus instalaciones, alberga una librería contigua. En los años cuarenta, su dueño, Julio Postigo, creador de la colección “Pensamiento Dominicano”, brindaba acceso a los exiliados españoles para que pudieran leer sus libros sin necesidad de adquirirlos.
Un gesto generoso hacia quienes arribaron al país con muy pocos recursos. Para llegar al templo, Alberto, el chofer, gira en la 19 de marzo y, ¡excelente!, localiza un sitio para aparcar. Sin descuidar el vehículo, busca el mejor ángulo para capturar la torre en fotografía.
Lo logra, a pesar de gruesos cables que obstruyen la visión. Tras tomar la imagen, avanzo por la acera hacia donde estuvo, durante muchos años, el Colegio Serafín de Asís. Yo fui interna allí en mis primeros años escolares.
En dicho colegio, según relata Kin Sánchez Fernández, laboraba un joven celador, cuya labor incluía asear los pasillos adyacentes a las aulas. Mientras realizaba su tarea, se detenía a observar la clase de dibujo y pintura impartida por sor Josefina.
Posteriormente, en su habitación “ejercitaba lo aprendido que oía a través de las rendijas de las ventanas”. Al mostrar sus bocetos a la religiosa, ella gestionó que le concedieran tiempo libre dentro de su jornada laboral para asistir a la Escuela de Bellas Artes. Se graduó con honores destacados.
Aquel joven era Cándido Bidó, quien se transformó en un pintor reconocido. Al otro lado de la vía se encuentra la Casa de las Academias, de arquitectura vernácula colonial, pero con significativas modificaciones. Mantiene su portal colonial en el centro.
En su frente destaca el balcón corrido, característico del último cuarto del siglo XIX, conforme a lo citado en Santo Domingo Guía de Arquitectura. Estando en proceso de restauración para ser su residencia, por Manuel María Gautier, secretario de Lilís, circuló el rumor de que “sería la residencia más elegante y fastuosa de la urbe, digna del más alto mandatario de la República” (cita Kin Sánchez).
Tuvo que obsequiársela a Lilís, cuando este, al verla, exclamó: “¿Con qué casa presidencial?” A lo que replicó Gautier: “Es para usted, señor Presidente”. Existen diversas versiones sobre la formulación exacta del diálogo, pero el hecho es que Gautier perdió su morada. Así aseguraba mantener su posición en el gobierno…
Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
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