El Congreso de Brasil aprobó este miércoles una ley que reduce la pena de 27 años de cárcel impuesta al expresidente Jair Bolsonaro, quien se encuentra en prisión desde el mes pasado por golpismo.
El texto, aprobado por el Senado tras haber recibido el visto bueno de la Cámara de Diputados la semana pasada, podría disminuir el tiempo efectivo de prisión de Bolsonaro a poco más de dos años.
La iniciativa favorece al principal líder de la derecha y extrema derecha brasileñas, de 70 años, condenado en septiembre por intentar impedir en 2022 el acceso al poder del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Además, podría otorgar libertad condicional a más de un centenar de seguidores de Bolsonaro presos por la asonada del 8 de enero de 2023 en Brasilia, ocurrida una semana después de la toma de posesión de Lula.
La votación en el Senado fue de 48 a favor y 25 en contra.
“No era exactamente lo que queríamos, no era por lo que estábamos luchando, pero es lo que era posible en esta coyuntura”, afirmó en un video el senador Flávio Bolsonaro, hijo mayor de Jair Bolsonaro, a quien designó como candidato a las presidenciales de 2026.
Lula ha declarado que su antecesor “tiene que pagar” la condena impuesta por la Corte Suprema. El presidente puede vetar la ley, aunque el Parlamento puede votar nuevamente para levantar el veto.
El proyecto fue tramitado de manera sorpresiva en una semana por ambas cámaras, constituyendo una victoria para la mayoría conservadora del Congreso antes del receso navideño.
El autor del proyecto de ley, el diputado Paulinho da Força, defendió la reducción de penas como “un gesto de reconciliación” en un país polarizado.
Con la normativa vigente, la justicia estima que la duración efectiva de la prisión de Bolsonaro es de unos ocho años.
La nueva ley podría reducirla a aproximadamente dos años y cuatro meses al modificar el tiempo de reclusión para varios delitos, incluido el de golpe de Estado.
“Al menos logramos sacar a esas personas (de la asonada) de la cárcel, que es lo más importante en este momento”, celebró el senador Sergio Moro, exministro de Justicia de Bolsonaro.
Su sector intentó inicialmente promover una amnistía total.
Decenas de miles de personas salieron a las calles el domingo para protestar contra la aprobación del texto, convocadas por sectores de izquierda.
El senador centrista Renan Calheiros calificó la votación como una “farsa”.
Calheiros abandonó la sesión tras acusar a los aliados del gobierno en el Parlamento de permitir que el proyecto avanzara a cambio de apoyo a una iniciativa que aumenta la tributación de empresas como las “fintechs”.
El senador Randolfe Rodrigues, del oficialista Partido de los Trabajadores, negó la existencia del supuesto acuerdo. “Una cosa no tiene que ver con la otra”, afirmó.
Bolsonaro fue declarado culpable de liderar una conspiración para desconocer el resultado de las elecciones de 2022, que perdió frente a Lula.
La trama golpista incluso contemplaba asesinar al entonces presidente electo Lula, pero fracasó por falta de apoyo de altos mandos militares.
Desde finales de noviembre, Bolsonaro cumple su condena en un pequeño cuarto de una dependencia policial en Brasilia.
Fue trasladado allí de manera anticipada tras destruir la tobillera electrónica que controlaba su prisión domiciliaria preventiva.
La semana pasada, sus abogados solicitaron que el expresidente sea trasladado al hospital con urgencia para someterse a dos cirugías: una para tratar un hipo recurrente y otra para reparar una hernia inguinal.
El juez a cargo del caso, Alexandre de Moraes, pidió exámenes adicionales antes de decidir si autoriza las intervenciones.
Bolsonaro ha sido operado en varias ocasiones debido a una puñalada que sufrió durante la campaña electoral de 2018.
Hace unas semanas, el expresidente designó a Flávio Bolsonaro como su heredero para las elecciones de 2026. Por su parte, Lula planea postularse para un cuarto mandato por la izquierda. Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
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