Fuente: Listin diario
Dominicanos en España y agencias de viajes piden ayuda al Ministerio de Turismo para mejorar vuelos y bajar costos
La comunidad dominicana que reside en España atraviesa una difícil situación en esta época navideña. Los precios de los boletos aéreos hacia República Dominicana desde Madrid varían entre 1.500 y 2.500 euros, lo que impide a miles de personas reunirse con sus seres queridos.
Desde Madrid operan tres aerolíneas hacia Santo Domingo: Iberia, Air Europa y World2Fly. Para llegar a Punta Cana, se suma Iberojet. Según agentes de viaje consultados, World2Fly ofrece tarifas entre 30 y 40 euros más bajas que la competencia, aunque realiza menos vuelos.
Para los dominicanos que viven en Bélgica, Holanda y Alemania y deben hacer conexión por Madrid, los costos pueden superar los 3.000 euros.
“Un pasajero estuvo varado tres días en Ibiza sin recibir asistencia por parte de la aerolínea, llegando a República Dominicana después de Navidad”, denuncia una representante de agencia de viajes, evidenciando la falta de atención en esta ruta.
Las agencias también mencionan que, debido a las elevadas tarifas aéreas, mantienen comisiones bajas para no afectar aún más a la comunidad dominicana. Señalan que “la mayoría de los criollos que ganan entre 800 y 1.200 euros al mes no pueden viajar, ni siquiera en casos de emergencia familiar. Si fallece un ser querido, no pueden asistir al funeral”.
Este problema no solo perjudica a la diáspora; las agencias identifican los altos precios como una causa importante en la reducción del turismo europeo hacia República Dominicana. Las tarifas elevadas hacen que muchos turistas potenciales elijan destinos más económicos.
Por ello, tanto los dominicanos residentes en España como las agencias de viaje solicitan al ministro David Collado y al Ministerio de Turismo intervenir para encontrar soluciones efectivas que mejoren la conectividad aérea y disminuyan los precios que mantienen aislada a la diáspora de su país.
Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
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