Cristian Mojica (Cristian la Fama) conoce el trabajo remunerado desde niño, ya que era indispensable salir a la calle a “doblar el lomo” en diversos oficios para contribuir con el sustento de la pequeña casa que compartía con sus padres y hermanos. De vez en cuando dedicaba tiempo a la música, al canto y a fomentar esas artes en su comunidad.
Ahora, a los 40 años, su ritmo es similar. Trabaja en el área de transporte del periódico Listín Diario, donde también colabora en la compaginación (organización de las páginas) y combina estas labores con su carrera artística, en la que explora la bachata, el merengue, lo “urbano” y otros ritmos.
“Abro en las fiestas del Grupo de Comunicaciones Corripio y amenizo actividades como cumpleaños, bautismos, bodas y eventos empresariales”, señala, enfatizando que sigue su propio camino y mantiene sus esfuerzos para lograr más oportunidades.
La ruta no ha sido fácil, pero continúa firme, seguro de que el empeño y el esfuerzo allanarán el camino hacia la aceptación. Por eso está enfocado en grabar temas para su canal de YouTube Cristian la Fama y promueve “No hay amigos” y “Mi manguera Yiswá”.
Comienza a ver avances, logros que le satisfacen. “Todo empieza a marchar, y las redes sociales nos reciben bien”.
Gracias al ciberespacio, puede promocionar sus producciones, llegar al público y recibir su respaldo, que agradece.
Así como valora el apoyo del merenguero Silvio Mora, cuenta y confía en que otros sumarán el suyo para que quienes necesitan ese espaldarazo puedan destacar como lo hicieron ellos.
Moral en alto
La Fama tiene una hija de 15 años que lo impulsa y motiva a seguir adelante; al igual que para ella, desea lo mejor para otros jóvenes, por lo que les sugiere mantener en alto los valores y buscar la asesoría correcta en circunstancias difíciles.
Les insta a recordar que las drogas, la promiscuidad, el consumismo y otros males no son la solución, pues conducen a la destrucción y desgarran los sueños.
A los padres los exhorta a preservar los valores, a acercarse a sus hijos, escucharlos, orientarlos y guiarlos por caminos que sean provechosos.
En su empeño por que la sociedad avance y cambie, este activista, fervoroso del arte y de la patria, promueve el respeto por los símbolos patrios, especialmente por la bandera.
Inspira a todos con quienes convive, en especial a los niños y jóvenes a quienes toca con su talento y a quienes instruye sobre la importancia de seguir la senda correcta, la que lleva a tender la mano al prójimo y a entregarse siempre. Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
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