Washington. – Los mandatarios de la República Democrática del Congo (RDC), Félix Tshisekedi, y de Ruanda, Paul Kagame, rubricaron este jueves en Washington un convenio de entendimiento en presencia del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con la meta de culminar el enfrentamiento entre ambas naciones.
“Hoy logramos un triunfo donde tantos otros han fallado y esta se convierte así en la octava contienda que resolvemos en menos de un año. Es realmente estimulante, pues hablamos de 30 años de batallas y más de diez millones de vidas”, expresó Trump durante el acto.
Trump especificó que el pacto contempla una tregua definitiva, la desmovilización de agrupaciones no estatales, el regreso de los desplazados y la rendición de cuentas para aquellos con responsabilidades en atrocidades.
El acuerdo incorpora también un aspecto financiero, otorgando a Estados Unidos acceso preferente a recursos minerales cruciales de la zona.
“Pasaron mucho tiempo aniquilándose, y ahora dedicarán mucho tiempo a unirse afectuosamente, tomándose de la mano y beneficiándose económicamente de Estados Unidos”, comentó irónicamente el republicano.
Los gobernantes de ambas naciones agradecieron al líder estadounidense su implicación en el acuerdo, aunque puntualizaron que si “los resultados no son los esperados”, la responsabilidad no recaerá en Trump.
“Nuestra obligación en África es colaborar con nuestros aliados para afianzar y expandir esta calma”, manifestó Kagame en su discurso.
Por su parte, Tshisekedi se mostró optimista: “Seremos claros, pero firmemente esperanzados. Estos entendimientos de Washington para la concordia y el progreso deben ser un emblema de un compromiso inalterable para nuestras poblaciones”, agregó.
Al evento también asistieron los líderes de Angola, Burundi y Kenia; además de delegados de Uganda y Togo, entre otras representaciones.
La ceremonia de firma tuvo lugar en la sede del Instituto de la Paz de Estados Unidos, una entidad autónoma establecida por el Congreso, que actualmente está bajo la dirección del Departamento de Estado y ha sido renombrada en honor a Trump.
El republicano afirma haber puesto fin a ocho altercados —el más reciente, el de Gaza— y a menudo postula para sí el galardón Nobel de la Paz.
Desde 1998, el este del RDC padece un conflicto avivado por facciones rebeldes y el Ejército, a pesar de la presencia de la misión de mantenimiento de la paz de la ONU (Monusco).
La situación crítica en el oriente congoleño se recrudeció a fines del pasado enero, cuando el grupo insurgente Movimiento 23 de Marzo (M23), apoyado por Ruanda —según la ONU y varias naciones occidentales—, tomó el control de Goma, capital de la provincia de Kivu del Norte, y semanas después de Bukavu, capital de la vecina Kivu del Sur.
En junio del año pasado, el RDC y Ruanda validaron su pacto de paz en Washington, durante un acto en el Departamento de Estado, con la presencia del Secretario de Estado, Marco Rubio, y de los Cancilleres de ambas naciones.
No obstante, el clima de violencia persistió en la zona, y en noviembre representantes del RDC y del grupo insurgente sellaron en Doha un acuerdo preliminar, con mediación de Catar, buscando alcanzar una estabilidad definitiva. Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
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