Fuente: Zócalo Saltillo
Washington, Estados Unidos.- El denominado caso Epstein ha experimentado en 2025 diversas situaciones turbulentas, tras salir a la luz nuevas revelaciones que han colocado al presidente estadounidense, Donald Trump, en el centro de la controversia y que incluso han afectado a la monarquía británica, al forzar al rey Carlos III a despojar a su hermano Andrés de su título de príncipe.
Los correos electrónicos del pederasta Jeffrey Epstein, difundidos por congresistas demócratas, mostraron que Trump estaba al tanto de sus delitos y que incluso había pasado “horas” con una de las víctimas.
Una serie de enfrentamientos legales y una prolongada tensión en el ámbito legislativo mantuvieron a la Casa Blanca bajo presión, hasta que el 18 de noviembre la Cámara de Representantes alcanzó los 218 votos necesarios para aprobar una ley que exige la publicación completa de los archivos relacionados con Epstein.
Tras haber sufrido una derrota en las elecciones de Nueva York, los comicios locales más relevantes del año, y debido a un descenso en su popularidad provocado por el cierre gubernamental más largo en la historia, Trump decidió autorizar la liberación de los documentos, que ahora están bajo custodia del Departamento de Justicia.
No obstante, todavía no se tiene claridad sobre el proceso para hacerlos públicos ni si serán divulgados sin restricciones.
La tensión generada por las posibles implicaciones del mandatario republicano reflejadas en los archivos causó divisiones dentro del movimiento MAGA.
Un ejemplo es la distancia tomada por Marjorie Taylor Green, representante del estado de Georgia y una de las defensoras más antiguas de Trump; ella renunció a su cargo y optó por apoyar a las víctimas del caso Epstein en medio de ataques provenientes del propio presidente.
Más de 20 mil correos publicados en octubre involucraron a varias figuras públicas y políticas estadounidenses, entre ellas Larry Summers, exsecretario del Tesoro y expresidente de Harvard University, quien se vio obligado a dejar su puesto como profesor tras revelarse que había intercambiado correspondencia con Epstein sobre temas personales y sociales.
También aparecen mencionados en la red social y política creada por Epstein el empresario tecnológico Peter Thiel; Steve Bannon, exasesor presidencial e ideólogo del mundo MAGA; el multimillonario Elon Musk y otros ejecutivos y donantes destacados que figuran en los archivos.
El impacto generado por los correos de Epstein cruzó el Atlántico cuando surgieron las memorias póstumas de Virginia Giuffre, quien años atrás había afirmado que el príncipe Andrés abusó sexualmente de ella siendo menor de edad, luego de haber sido “prestada” por Epstein, quien también la agredió repetidamente.
En estas memorias tituladas “Nobody’s Girl” (Chica de nadie), Giuffre narra tres ocasiones en las que Andrés la violó en distintos lugares; una de estas situaciones ocurrió durante una orgía donde ella estaba rodeada por chicas extranjeras aparentemente menores y con escaso dominio del inglés.
Andrés negó insistentemente las acusaciones de Giuffre, pero el hecho de que ya en 2019 hubiera abandonado sus títulos reales y que en 2022 acordara un acuerdo millonario con Giuffre —se mencionaron 12 millones de euros— generaba dudas sobre su sinceridad.
Estas memorias, publicadas después del suicidio de Giuffre y en medio de una ola internacional de solidaridad hacia ella, volvieron a poner al príncipe bajo escrutinio; el propio rey Carlos, cansado de que su hermano continuara dando largas al asunto, tomó en octubre de 2025 una medida sin precedentes: le retiró el título restante de “príncipe” y le ordenó abandonar la mansión que ocupaba dentro de las propiedades reales por las cuales pagaba una suma simbólica.
El príncipe destituido pasará a ser conocido como Andrés Mountbatten-Windsor. Esta nueva combinación aristocrática en sus apellidos parece haber sido la última concesión del rey Carlos hacia su hermano rebelde, favorito de su madre y cuya conducta ponía constantemente en aprietos a una monarquía que aún goza del apoyo popular aunque sin el fervor que despertaba la reina Isabel.
Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
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