España instó a la Unión Europea (UE) a mantener la prohibición, a partir de 2035, de la venta de automóviles nuevos con motores térmicos, justo cuando Bruselas se prepara para flexibilizar esta medida debido a la presión de varios Estados miembros.
La Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la UE, anunciará el martes su decisión sobre la revisión de esta prohibición. Varios países, como Alemania e Italia, están haciendo campaña para que se modifique de manera significativa.
Por otro lado, Francia, los países nórdicos y España defienden mantener el objetivo, con el fin de no perjudicar a los fabricantes que ya han realizado importantes inversiones en la transición hacia vehículos totalmente eléctricos.
El gobierno español advirtió a la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, mediante una carta en inglés enviada el jueves y consultada el viernes por AFP.
“Cualquier flexibilización adicional [de la medida] podría retrasar considerablemente las inversiones para modernizar [el sector automovilístico], al reducir la demanda de vehículos eléctricos, lo que afectaría directamente a la competitividad de la industria automotriz y de los fabricantes de equipos”, alertó el jefe del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez.
Los fabricantes europeos llevan meses solicitando más “flexibilidad” en la transición hacia los vehículos totalmente eléctricos, argumentando que enfrentan una dura competencia de sus rivales chinos y una demanda de vehículos eléctricos en Europa inferior a la esperada. Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.









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