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Europa observa entre el “asombro” y el temor la nueva estrategia de Trump: “O nos defendemos o tendremos que aceptar lo que los grandes actores nos impongan”

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Muy atrás, en un mundo que cambia a una velocidad vertiginosa para la que la UE parece no estar preparada.

Estados Unidos (EEUU) intensifica sus críticas a Europa: “No pueden depender de nosotros para su propia seguridad mientras socavan la nuestra a través de la UE”

La nueva Estrategia de Seguridad Nacional de la Administración Trump, que afirma que Europa “no tendrá economías ni ejércitos lo suficientemente fuertes para seguir siendo aliados fiables”, está sacudiendo el continente. No tanto por su contenido, ya que muchas de las amenazas y críticas reflejan la actitud y el enfoque que Estados Unidos ha venido aplicando durante el último año, sino por la contundencia del texto y la evidencia de que Europa se está quedando atrás. Muy atrás, en un mundo que cambia a una velocidad vertiginosa para la que la UE parece no estar preparada.

En el ámbito diplomático, se destacan varios puntos. La primera reacción es de asombro. “Somos muchos los que estamos bastante sorprendidos de que Estados Unidos se exprese de esta manera respecto a Europa. El problema no es Europa. Somos fiables y bastante fuertes. Pero necesitamos reprogramarnos; nos esperan tres años difíciles”, explican desde un país del norte.

Tras el primer impacto, desde otra nación añaden que no está claro que la nueva estrategia sea realmente novedosa. “Parece una repetición de muchas de las cosas que Estados Unidos ha estado diciendo desde principios de este año y de lo que expresó J.D. Vance en Múnich en febrero”, señalan. Esto conecta con la crítica que el ex primer ministro de Suecia, Carl Bildt, lanzó el viernes.

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“La Estrategia de Seguridad de EEUU proclama, entre otras cosas notables, como objetivo de la política cultivar la resistencia a la trayectoria actual de Europa dentro de las naciones europeas. Eso es JD Vance con esteroides”, apuntó el también ex ministro de Exteriores sueco en su perfil de la red social X.

Pero una vez aceptado esto, surge un segundo análisis. Uno que evidencia, por ejemplo, que las afirmaciones de Estados Unidos “subrayan la importancia de la agenda de preparación de defensa de la UE para 2030”. “Europa necesita estar rápidamente en una posición en la que pueda defenderse por sí misma. Además, pone de relieve la necesidad de continuar el trabajo, tanto a nivel europeo como nacional, en políticas que permitan a la UE garantizar sus intereses en el nuevo contexto geopolítico. Eso requiere que los Estados miembros reflexionen sobre sus prioridades al debatir políticas de la Unión”, prosiguen desde un tercer país.

“Y si no somos capaces de hacer eso, entonces los ciudadanos deberían prepararse para un mundo en el que tengamos que aceptar hacer lo que los grandes actores nos pidan”, sentencia esta misma fuente. En otras palabras: existe un riesgo muy real, no solo de que Europa pierda su posición dominante —algo que ya ha ocurrido—, sino de que tenga que aceptar ser, en cierta medida, dominada por China y Estados Unidos. Este temor lleva tiempo flotando en Bruselas, pero cada vez parece más cercano y real.

“Creo que Trump está cumpliendo lo que prometió: poner a EEUU en primer lugar. Está poniendo por escrito lo que ya veníamos observando en los últimos meses. Él no nos ve como alguien de fiar. Lo que más me preocupa es que desde Europa no seamos capaces de darnos cuenta de que se acerca un tsunami”, afirman en un cuarto país. Este diagnóstico coincide con lo señalado hasta ahora: es la constatación de una nueva realidad, y existe un peligro real de que la UE no reaccione a tiempo.

Más aún, esta misma fuente añade: “Es peligroso que esta actitud se mantenga y cale en la ciudadanía. Que influya en la forma en que los ciudadanos de EEUU ven las cosas y que, aunque haya un posible cambio de Gobierno, esta postura persista. Eso es bastante inquietante”. El retrato y diagnóstico que se hace de norte a sur de la UE es muy preocupante.

Mientras tanto, en la Comisión Europea apenas hay reacciones oficiales. En la rueda de prensa diaria de los portavoces del Ejecutivo comunitario, la cuestión de la nueva Estrategia de Trump fue completamente evitada. La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, no ha hecho ninguna referencia al tema y sigue centrada en intentar convencer al primer ministro de Bélgica, Bart de Wever, para poder utilizar los activos rusos inmovilizados en Euroclear. Esta compañía tiene su sede en Bruselas, y el máximo responsable del país lleva meses negándose a que la UE emplee esos fondos para otorgar un préstamo a Ucrania.

Meses de negociaciones para una cuestión vital, de la que depende no solo el futuro de Ucrania sino también el de la propia UE, y que no se puede activar debido a la negativa del primer ministro ultranacionalista que hace apenas unos meses quería deshacer el país que ahora lidera. Otra muestra de que los ritmos en Europa y en el resto del mundo son completamente diferentes.

La única voz oficial que se ha pronunciado es la alta representante de la Unión para Asuntos Exteriores, Kaja Kallas. “Por supuesto que hay muchas críticas, pero creo que algunas de ellas también son ciertas”, afirmó en un debate organizado en el Doha Fórum que se celebra en la capital de Qatar.

“Si miramos a Europa, por ejemplo, ha estado subestimando su propio poder frente a Rusia. Quiero decir, deberíamos tener más confianza en nosotros mismos, eso es seguro. Queremos que Europa siga siendo europea, que recupere su confianza en sí misma como civilización y que abandone su fallido enfoque en la asfixia regulatoria”, aseguró. El análisis parece muy acertado. La cuestión ahora es llevarlo a la práctica. Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

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