León, Lisboa, Granada, Brasil, Australia… Fabio Angulo ha recorrido medio mundo con un propósito: formarse en la disciplina a la que se dedica. “De cada lugar he ido tomando lo mejor”, resalta este licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, quien en 2012 fundó su propia empresa de entrenamiento personal (KeepOnTraining) y ha estudiado en profundidad el cuerpo humano. Para compartir ese conocimiento con la sociedad, el riojano ha escrito un libro titulado ‘La plenitud del movimiento’, con el que busca fomentar un estilo de vida saludable. “Creo firmemente en todo lo que contiene el libro”, afirma.
– ¿Es importante hacer ejercicio a todas las edades?
– Antes se pensaba que a partir de los 50 años no se podía practicar ejercicio, pero se ha demostrado que tanto el trabajo de fuerza como el de movilidad son fundamentales. Hay que intentar llegar de la mejor manera posible a las etapas más avanzadas para vivir sin limitaciones; ese es el reto. Nuestro cuerpo es el vehículo más valioso que tenemos y debemos cuidarlo para alcanzar esa edad adulta en las mejores condiciones.
– Y, por regla general, ¿lo cuidamos lo suficiente?
– Para contextualizar, en los últimos 30 años el índice de obesidad se ha duplicado en adultos, mientras que en adolescentes se ha cuadruplicado. El sobrepeso está muy relacionado con el estilo de vida, que cada vez es más sedentario. Hacemos un uso excesivo de la tecnología y, desde el punto de vista nutricional, también cuidamos menos nuestra alimentación.
– ¿A qué se debe esa tendencia al sedentarismo?
– El estilo de vida ha ido evolucionando. Cuando éramos cazadores-recolectores, necesitábamos movernos para sobrevivir, no había otra opción. Ahora, en cambio, existen muchas alternativas al movimiento y la tecnología hace la vida cada vez más cómoda. El problema es que, al usar estos avances tecnológicos, en muchos casos perdemos oportunidades para movernos. Hay muchos ejemplos: desde el ascensor hasta las escaleras mecánicas, pasando por los patinetes eléctricos o los coches. ¿Por qué no ir al trabajo en bicicleta en una ciudad plana como Logroño, donde las distancias no son grandes? ¿Por qué no usar las escaleras en lugar del ascensor? Ahí está la clave.
– ¿Nos hemos vuelto muy comodones?
– La tecnología es buena si se usa de manera responsable, y esos elementos que mencionamos son fundamentales para personas con alguna limitación, por ejemplo. El problema es que un porcentaje elevado de la población utiliza las comodidades sin necesitarlas. Lo cómodo vence a lo correcto.
– Hablaba antes de la tecnología. ¿El uso excesivo de las pantallas nos perjudica?
– Han ocurrido dos revoluciones en este ámbito. La primera fue el ‘smartphone’, que era como llevar un ordenador en el bolsillo, y la segunda tomó forma con las redes sociales. Cuando ambas se combinan, crean un cóctel diseñado por las mentes más brillantes del mundo con el objetivo de que el usuario pase el mayor tiempo posible conectado. Somos muy vulnerables a todo lo relacionado con la tecnología y el 99% de las aplicaciones de nuestro teléfono fomentan el sedentarismo. Por eso no es extraño ver en un parque a muchos niños y adolescentes pegados a una pantalla, lo cual me entristece mucho porque recuerdo que mi infancia fue en constante movimiento.
– ¿Desde niños se aprecia, entonces, esa dependencia de las pantallas?
– Totalmente. Hay muchísimos niños menores de cinco años con sobrepeso porque se fomenta más quedarse en casa jugando ‘online’ que salir a la calle o a un parque. La verdadera pandemia es el sedentarismo y hay que combatirla. Es necesario poner límites, tanto los padres como en los colegios. En los centros escolares ahora se usan mucho más la televisión o las pantallas que antes, y en algunos incluso prohíben el balón porque dicen que genera conflictos. Creo que sería mucho más adecuado enseñarles a resolver esos conflictos en lugar de prohibirles hacer deporte. Las instituciones, de todo tipo, también deben fomentar el movimiento.
– En el libro aborda el tema del calzado. ¿Cómo afecta llevar un tipo de zapato u otro al cuerpo humano?
– Ya hay marcas que se han lanzado a fabricar el llamado calzado respetuoso o minimalista, es decir, plano, ancho y flexible, pero hasta ahora la mayoría tenía muy poco respeto tanto por la forma del pie como por su función. Leonardo da Vinci decía que nuestros pies son una obra de ingeniería espectacular, y no le faltaba razón, porque allí se encuentran el 25% de los huesos del cuerpo humano y no se necesita una tecnología externa para trabajarlos de forma natural. Así, cuando usamos tacones y levantamos el talón, modificamos la postura natural, lo que influye en las rodillas o en la cadera. Si los cimientos están mal, todo el edificio se ve afectado. Lo mismo sucede cuando estrechamos el pie: alteramos su forma natural. En muchos casos, lo estético vence a lo correcto.
– ¿Se pueden establecer consejos básicos para llevar un estilo de vida saludable con el movimiento como protagonista?
– En el libro, por ejemplo, presentamos una serie de ejercicios de movilidad y fuerza para las diferentes articulaciones. Todos son muy útiles para forjar una coraza protectora y vivir sin limitaciones. Además, una recomendación básica es buscar situaciones en el día a día para moverse lo máximo posible: subir escaleras, caminar… cosas sencillas, pero efectivas. También es aconsejable realizar un entrenamiento formal al menos tres veces por semana. En resumen, lo fundamental es establecer hábitos saludables en los que la alimentación y el descanso también juegan un papel muy importante.
– Mucha gente argumenta que no hace deporte porque no tiene tiempo. ¿Es más una excusa o una realidad?
– Se trata de gestionar prioridades. A esas personas les preguntaría, por ejemplo, cuánto tiempo dedican a escribir cosas banales en WhatsApp o a ver contenido sin importancia en redes sociales. Hay que definir cuál es la prioridad y, si por ejemplo quedas con amigos, ¿por qué no hacerlo para dar una vuelta en lugar de sentarse en una terraza? No tener tiempo es la excusa típica; lo que habría que hacer es visualizar cómo es nuestra vida diaria para eliminar algunas cosas y añadir otras.
– ¿Hay también un trabajo mental detrás para concienciarse de la necesidad de dar esos pasos?
– Sin duda. Cuerpo y mente deben ir unidos. Hay que hacer ejercicio y también detenerse a pensar qué estoy haciendo con mi salud. Tenemos una vida, solo una oportunidad, y para mí la clave está en buscar la felicidad a través del movimiento. Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
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