CIUDAD DE MÉXICO.- Jair Sánchez generó polémica en redes sociales tras expresar que las personas con bajos recursos económicos deberían ser “esterilizadas”.
En un video que circula en X y TikTok, el creador de contenidos pronunció este comentario, provocando controversia entre quienes lo consideran ofensivo, discriminatorio y clasista.
“Quiero hablarle muy seriamente a Claudia Sheinbaum. Claudia, deberías esterilizar a la gente. Llega un día en la calle y les preguntas cuánto dinero hay en tu cartera. Si tienen menos de 100 pesos, esterilízalos”, afirmó el influencer.
El contenido se viralizó rápidamente a través del perfil de La Tía Sandra. Desde entonces, el debate se dividió entre quienes interpretaron la declaración como una exageración propia de su estilo humorístico y quienes consideraron que reforzaba estigmas hacia las personas de bajos recursos.
Jair Sánchez es un creador de contenidos de 24 años que ganó notoriedad en redes sociales durante la pandemia de Covid-19. Actualmente cuenta con más de tres millones de seguidores en Instagram, donde se ha consolidado con sketches, parodias y observaciones irónicas sobre la vida cotidiana.
También participa en el programa “Guácala Qué Rico”, que combina situaciones absurdas con humor ácido. Su estilo irreverente ha atraído a un público amplio, aunque también lo ha situado en el centro de controversias cuando sus comentarios resultan ambiguos o abordan temas sensibles.
Usuarios coincidieron en que la polémica va más allá del chiste. Señalan que frases como las del influencer pueden normalizar expresiones de desprecio hacia la pobreza, reforzar jerarquías sociales y reproducir ideas vinculadas con lógicas eugenésicas.
Organizaciones como Amnistía Internacional han documentado casos reales de esterilizaciones forzadas en América Latina, especialmente en poblaciones vulnerables.
En Perú, durante la década de los 90, más de 200 mil mujeres indígenas y campesinas habrían sido sometidas a estos procedimientos sin su consentimiento o bajo coacción, un antecedente que evidencia la gravedad de este tipo de discursos.
El caso de Jair Sánchez demuestra que la línea entre humor y ofensa es cada vez más delgada en redes sociales. Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
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