Chicago.- Joaquín Guzmán López, vástago del célebre narcotraficante mexicano “El Chapo”, aceptó su culpabilidad el lunes en relación con acusaciones de narcotráfico en Estados Unidos, meses después de que su consanguíneo llegara a un pacto con el ministerio público. Adicionalmente, reconoció su implicación en el secuestro de Ismael “El Mayo” Zambada.
Conocidos en México como los Chapitos, Joaquín Guzmán López y su hermano, Ovidio Guzmán López, están señalados de dirigir una rama del Cártel de Sinaloa. Las autoridades federales describieron en 2023 la actividad como un esfuerzo de gran escala para introducir cantidades “descomunales” de fentanilo en Estados Unidos.
Joaquín Guzmán López se declaró responsable de dos cargos de tráfico de estupefacientes. Y de mantener una estructura criminal ante un Tribunal de Distrito para el Norte de Illinois, en la ciudad de Chicago.
Joaquín Guzmán admitió, asimismo, su participación en el rapto de Zambada, tal como este lo había denunciado en su momento.
Sin nombrar a Zambada, la fiscalía indicó, como parte del arreglo, que Joaquín Guzmán llevó “engañosamente” a un individuo a un sitio en Sinaloa y que desde allí fue inmovilizado con esposas, subido a un vehículo para ser trasladado en una aeronave a un aeródromo cercano a El Paso, Texas.
Según el ente acusador, el gobierno de Estados Unidos no le requirió entregar a Zambada, sino que Guzmán lo privó de su libertad para ponerlo en manos de las autoridades norteamericanas con la esperanza de mejorar su posición legal ante la justicia de ese país. La fiscalía aclaró que Guzmán no obtendría beneficios ni descuentos por la entrega de Zambada.
Guzmán López y Zambada fueron retenidos en julio de 2024 en Texas tras arribar a Estados Unidos en una nave privada. Zambada siempre afirmó que Guzmán lo atrajo con engaños a una cita y que posteriormente lo secuestró para entregarlo.
Ambos individuos se habían declarado previamente no culpables de varias imputaciones por narcotráfico, lavado de capitales y posesión ilegal de armamento. Su notoria detención provocó una escalada de violencia en el estado de Sinaloa al confrontarse dos facciones del Cártel de Sinaloa.
Como parte del acuerdo judicial, Joaquín Guzmán López admitió haber colaborado en la supervisión de la producción y el trasiego de grandes volúmenes de cocaína, heroína, metanfetamina, marihuana y fentanilo hacia Estados Unidos, lo cual ha exacerbado una emergencia que causa decenas de miles de muertes por sobredosis anualmente.
En julio, Ovidio Guzmán López devino el primer descendiente del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán en alcanzar un arreglo con la fiscalía. Aceptó la culpabilidad en cargos de tráfico de drogas, blanqueo de capitales y tenencia de armas de fuego vinculados a su rol directivo en el cártel. Analistas legales calificaron el pacto con los fiscales como un avance sustancial para el gobierno de Estados Unidos en su indagación y procesamiento de los cabecillas del Cártel de Sinaloa.
Joaquín “El Chapo” Guzmán cumple una condena vitalicia tras ser sentenciado en 2019 por su función como antiguo líder del Cártel de Sinaloa, después de contrabandear toneladas de cocaína y otras sustancias a Estados Unidos durante más de 25 años. Se presume que los hermanos asumieron el rol previo de su progenitor como líderes del cártel.
Como parte del pacto de colaboración, podría enfrentar una pena mínima de 10 años de reclusión y un máximo de prisión de por vida.
La fiscalía subrayó el “acuerdo de colaboración” logrado con el imputado. Si Guzmán mantiene dicha colaboración, podría conseguir la sentencia mínima (10 años por cada cargo, pero si cumple las sentencias simultáneamente, podría quedar libre en 10 años).
El letrado defensor de Joaquín, Jeffrey Lichtman, expresó reconocimiento tanto a las autoridades estadounidenses como a las mexicanas.
“El gobierno ha sido muy ecuánime con Joaquín hasta ahora”, declaró a los informadores tras la audiencia judicial. “Agradezco que el ejecutivo mexicano no haya intervenido”.
Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.















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