Estados Unidos. Joaquín Guzmán López, descendiente de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, aceptó su culpabilidad este lunes por cargos relacionados con el narcotráfico en territorio estadounidense, escasos meses después de que su hermano, Ovidio Guzmán López, alcanzara un pacto con los fiscales.
Ambos están señalados por comandar una rama del Cártel de Sinaloa denominada ‘Los Chapitos’. En 2023, las agencias federales los imputaron por orquestar un operativo a gran escala para introducir volúmenes “impresionantes” de fentanilo en EE. UU.
Joaquín Guzmán López se declaró responsable de dos imputaciones por tráfico de estupefacientes y asociación delictiva continua.
Él y Ismael ‘El Mayo’ Zambada fueron aprehendidos en julio de 2024 en Texas al arribar a EE. UU. en una aeronave particular. Previamente, ambos habían alegado inocencia ante varias acusaciones de narcotráfico, lavado de capitales y tenencia de armas. Su detención desató una escalada de hostilidades en el estado mexicano de Sinaloa, con choques entre dos grupos del Cártel de Sinaloa.
Como parte de este acuerdo de aceptación de responsabilidad, Joaquín Guzmán López reconoció haber colaborado en la supervisión de la fabricación y el traslado ilícito de cuantiosas remesas de cocaína, heroína, metanfetaminas, marihuana y fentanilo hacia los Estados Unidos.
Analistas jurídicos consideraron este arreglo como un avance importante para la administración norteamericana en su indagatoria y proceso contra los cabecillas del cártel de Sinaloa.
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