EE. UU. busca un “cambio de rumbo” en Europa, lo que ha generado alarma entre expertos. A pesar de una extensa lista de críticas, los políticos de la UE mantienen firme la alianza transatlántica.
“No podemos aceptar la amenaza de interferencia en la vida política de Europa”, afirmó António Costa el lunes 8 de diciembre de 2025 en Bruselas. El presidente del Consejo Europeo expresó su preocupación durante un debate en el Instituto Jacques Delors y subrayó la importancia de la soberanía europea.
El trasfondo es la nueva estrategia de seguridad nacional de EE. UU., que en gran medida se percibe como una afrenta hacia Europa.
El Gobierno estadounidense publica periódicamente un plan que detalla su futura política de seguridad. La última versión critica a las instituciones europeas y puede interpretarse como una señal de lo que se espera de EE. UU. en Europa en el futuro.
Donald Trump marca el tono en el prólogo de la estrategia de seguridad nacional: “Estados Unidos debe seguir siendo la nación más grande y exitosa de la historia”. La estrategia sigue la doctrina MAGA y enfatiza el lema “Estados Unidos primero”.
El Gobierno estadounidense deja claro que prioriza sus intereses nacionales. Europa sigue siendo un socio estratégico, pero recibe principalmente críticas.
Desde la perspectiva del documento de la Casa Blanca, Europa está en declive: recesión económica, libertad política reprimida y políticas migratorias deficientes. Las acusaciones son numerosas: las instituciones europeas restringen la libertad de expresión y reprimen a la oposición, y las identidades nacionales se están perdiendo. “Si nada cambia, el continente será irreconocible en 20 años o menos”, afirma la estrategia, que insiste en detener la migración masiva mundial.
Judy Dempsey, de Carnegie Europe, considera el documento una continuación de la política MAGA: “Ahora conocemos la postura de la Administración Trump, eso es positivo”, declaró a DW. El documento muestra claramente que Washington sigue una política transaccional. Todo tiene un precio y debe servir a los intereses estadounidenses, explica Dempsey.
La nueva estrategia de seguridad se basa, entre otros, en el discurso de J.D. Vance en la Conferencia de Seguridad de Múnich. En febrero de 2025, el vicepresidente estadounidense denunció la supuesta falta de libertad de expresión en Europa y cuestionó los valores europeos. El nuevo documento estratégico va un paso más allá.
El Gobierno estadounidense pretende asumir un papel activo en el futuro y “ayudar” a corregir el rumbo actual. Uno de los objetivos es “estimular la resistencia contra el rumbo actual de las naciones europeas”. Estados Unidos ve con buenos ojos la influencia de los “partidos patrióticos europeos”. Esto podría referirse, por ejemplo, a AfD (Alternativa para Alemania), que está en proceso de establecer contactos con líderes republicanos.
Lo que esto podría significar en términos concretos ya se refleja en las instrucciones de Marco Rubio. El secretario de Estado estadounidense ha dado indicaciones a los diplomáticos en Europa para presionar a los gobiernos nacionales y restringir significativamente la inmigración.
Para estabilizar la economía europea, a EE. UU. le interesa resolver la guerra en Ucrania. El Gobierno estadounidense presentó recientemente un plan de 28 puntos para una solución. Rusia acogió con satisfacción la propuesta, mientras que los políticos europeos y el presidente ucraniano Zelenski protestaron. Los 28 puntos consideraron en gran medida los intereses rusos.
Según su estrategia, la administración Trump está “en desacuerdo con los políticos europeos que tienen expectativas poco realistas sobre la guerra”. Y una vez más, el Gobierno de Trump recibe elogios de Moscú. El Kremlin declaró que la nueva estrategia de seguridad estadounidense coincide en gran medida con las opiniones rusas.
Ian Lesser, director de la oficina en Bruselas del German Marshall Fund, un think tank transatlántico, ve en las declaraciones estadounidenses la confirmación de una diferencia fundamental. Mientras que el Gobierno estadounidense “simplemente ve la guerra en Ucrania como un problema desagradable que debe resolverse y dejarse de lado”, según Lesser, Europa enfrenta el reto de “cómo convivir con una Rusia agresiva en el futuro”.
Mientras muchos observadores de la UE miran con preocupación las señales de EE. UU., los principales políticos europeos mantienen firme la asociación transatlántica. La Alta Representante de la UE para Asuntos Exteriores, Kaja Kallas, intentó disipar las inquietudes en el Foro de Doha. “En parte también es cierto”, declaró desde un podio en la capital catarí. “Europa está subestimando su propia fuerza”, señaló y pidió mayor confianza, al tiempo que destacó la colaboración con Estados Unidos. “Debemos mantenernos unidos”.
Por su parte, el presidente del Consejo de la UE, António Costa, también enfatizó la asociación transatlántica. Aunque EE. UU. sigue siendo un socio importante, adoptó una postura defensiva ante las declaraciones estadounidenses sobre la estrategia de seguridad europea interna: “Estados Unidos no puede decidir, en nombre de los ciudadanos europeos, qué partidos tienen razón y cuáles no”, declaró en una conferencia en Bruselas por la mañana. “Para protegernos no solo de nuestros adversarios, sino también de nuestros aliados, debemos fortalecer Europa”, añadió. Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.










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