Washington. La nueva Estrategia de Seguridad Nacional de la Administración de Donald Trump marca el regreso de Washington hacia América Latina, una región polarizada, fragmentada y debilitada.
El “patio trasero”, término utilizado por primera vez por el ministro de Guerra del presidente Franklin Roosevelt, Henry Stimson, se transformará en el jardín frontal de la Casa Blanca.
La Estrategia de Seguridad Nacional, publicada el jueves, presenta la visión de Trump como un “realismo flexible” y sostiene que Estados Unidos debería revivir la Doctrina Monroe del siglo XIX, que estableció que el hemisferio occidental, incluyendo América Latina, es zona de influencia de Washington. La intención puede resumirse en una frase: “América para los americanos”, es decir, el continente americano para Estados Unidos.
La estrategia de la Casa Blanca respecto a Venezuela se alinea con la Estrategia de Seguridad Nacional y abre la posibilidad de que su aplicación se extienda a países que se oponen dogmáticamente a la administración Trump.
América Latina es percibida como la región de donde emergen los principales problemas de seguridad para Estados Unidos. Por ello, la nueva Estrategia de Seguridad busca reducir drásticamente la migración, neutralizar los cárteles de la droga y frenar la caída de las inversiones chinas en la región.
En lo que denomina la aplicación de un “Corolario Trump” a la doctrina, Estados Unidos buscaría acceso a recursos y ubicaciones estratégicas en América Latina, asegurando que los países sean “razonablemente estables y bien gobernados para prevenir y desalentar la migración masiva” hacia su territorio.
En algunos medios, la Doctrina Monroe ha sido rebautizada como la Doctrina Donroe (por la D de Donald).
Cambio geopolítico
“La nueva Estrategia de Seguridad Nacional señala con bastante claridad que las cosas no volverán a ser como antes”, afirmó Jason Marczak, analista especializado en América Latina del centro de estudios Atlantic Council de Washington.
El documento también advierte que Europa enfrenta un “desvanecimiento civilizatorio” y debe cambiar de rumbo.
En el texto, la administración adopta una visión desalentadora sobre sus aliados tradicionales en Europa, advirtiendo que el continente debe modificar su dirección si desea seguir siendo un aliado confiable para Estados Unidos.
Washington considera a la Unión Europea como un obstáculo para las libertades. Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.








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