Actualidad

La vida cotidiana en las zonas populares del Gran Santo Domingo

9016147230.png
Los habitantes de zonas que aún carecían de desarrollo en infraestructuras anhelaban un mejor desempeño en los servicios esenciales y un control más efectivo de la delincuencia.

Fuente: Hoy Digital

Transformación y desafíos en el Gran Santo Domingo desde su división en 2002

Desde que la ciudad capital se fragmentó en 2002 para formar lo que hoy conocemos como el Gran Santo Domingo, la población esperaba una mejora en los servicios básicos de sus barrios, mientras que los políticos ansiaban ampliar sus bases electorales.

Los habitantes de zonas que aún carecían de desarrollo en infraestructuras anhelaban un mejor desempeño en los servicios esenciales y un control más efectivo de la delincuencia.

Las nuevas delimitaciones territoriales

Tras la segmentación de la capital en 2002, surgieron dos nuevas divisiones: el Distrito Nacional y la provincia de Santo Domingo.

Esta última se subdividió en cuatro municipios principales: Santo Domingo Este, Norte, Oeste y Boca Chica. No obstante, durante estos 23 años se han establecido nuevas fracciones dentro de lo que antes era la ciudad capital.

El Distrito Nacional, centro administrativo del país

Aunque su ubicación no cambió, la creación de las nuevas demarcaciones redujo su extensión territorial y le otorgó un presupuesto municipal mayor. Sin embargo, persisten las carencias en los servicios básicos y aumentan las quejas por la inseguridad ciudadana.

La criminalidad sigue siendo uno de los problemas más graves denunciados en las comunidades marginadas del Distrito Nacional, especialmente en aquellas cercanas a la Ribera del Ozama.

En barrios populares como Capotillo, María Auxiliadora, Villa Consuelo, La Zurza, 27 de febrero y Villa Juan, entre otros, cientos de miles de familias enfrentan no solo dificultades económicas para llegar a fin de mes sino también una realidad plagada por la inseguridad, constantes denuncias por delitos y amenazas de desalojos forzosos.

Violencia y criminalidad afectan a la comunidad

Ministerio de Obras Publicas

Los reportes anuales sobre seguridad evidencian que muchos barrios populares encabezan las cifras de violencia urbana.

En 2025, Capotillo registró el mayor número de homicidios y heridos por armas de fuego, seguido por María Auxiliadora y sectores como Villa Consuelo, Domingo Savio, Cristo Rey y La Zurza.

Residentes de zonas como Los Guandules y 27 de febrero relatan que la escasa presencia policial los deja vulnerables incluso a disparos en sus calles y provoca una sensación constante de inseguridad. Además, sufren deficiencias en servicios básicos como electricidad, agua potable y mantenimiento del drenaje pluvial.

Los vecinos indican que casi la mitad de los crímenes se originan por riñas y conflictos personales; mientras que robos e intentos de atracos representan otra parte importante de los incidentes delictivos, generando temor permanente en calles donde juegan niños y operan mercados informales.

Santo Domingo Norte

Considerado el sector más rural dentro del Gran Santo Domingo, Santo Domingo Norte enfrenta un rápido crecimiento del crimen debido a la ausencia de políticas públicas efectivas para su control.

Villa Mella y Sabana Perdida destacan entre las zonas con mayores problemas. Barrios como San Felipe, Ponce Adentro, Guaricanos y Hacienda Estrellas se han tornado hostiles bajo el dominio de quienes controlan puntos dedicados al narcotráfico.

Situación similar ocurre en sectores sabaneros como La Javilla o Barrio Nuevo.

Este municipio no ha logrado superar las deficiencias en servicios básicos, siendo la recolección de basura uno de los problemas más persistentes. A ello se suman elevados costos del servicio eléctrico y cortes frecuentes del suministro de agua potable.

Otro mal constante en Santo Domingo Norte son los desalojos forzosos contra personas que llevan años residiendo en ciertos lugares y son expulsados con apoyo policial. Los habitantes lo consideran una injusticia que priva a muchas familias de sus hogares.

Pero no solo es la inseguridad: las amenazas permanentes de expulsión han motivado protestas masivas. Más de 30 sectores urbanos organizaron marchas hasta el Palacio Nacional para exigir titulación legal de terrenos, reubicaciones adecuadas y respeto al derecho constitucional a una vivienda digna; denunciando expulsiones sin aviso ni alternativas habitacionales claras.

Santo Domingo Este

Comunidades como Los Mina, San Isidro, Rivera del Ozama, Nueva Jerusalén, Las Malvinas y Arroyo Lindo han denunciado amenazas constantes de desplazamiento y exigen al Estado detener lo que califican como ataques directos contra su derecho a un hogar.

Los moradores expresan mensajes claros:

* “Queremos vivir con paz y seguridad”
* “No pedimos casas regaladas, solo que respeten lo que ya tenemos”
* “Nuestros hijos no pueden crecer con miedo a ser víctimas de violencia o quedar sin techo”

Estas expresiones reflejan la frustración de miles de familias que deben luchar cada día para sobrevivir, cuidar a sus hijos y enfrentar delitos constantes, escasez en servicios públicos y la amenaza permanente de perderlo todo.

En marzo pasado, decenas de familias provenientes de más de 30 sectores se movilizaron frente al Palacio Nacional para protestar contra desalojos forzosos. Demandaron el cese inmediato de estas acciones, respeto al derecho a una vivienda digna e hicieron denuncias sobre abusos por parte de la fuerza pública y falta total de alternativas habitacionales.

Asimismo, vecinos en Los Minas, San Isidro y Rivera del Ozama continúan organizándose para exigir un alto a los desalojos “forzosos” y abrir canales efectivos de diálogo con las autoridades.

La realidad en estos barrios marginales incluye prolongados cortes eléctricos, deterioro constante en infraestructura pública y recolección insuficiente de residuos sólidos; condiciones que afectan gravemente la salud pública y el desarrollo económico informal local.

Conflictos por tierras, desalojos e inseguridad ciudadana

En resumen, la vida diaria en los sectores del Gran Santo Domingo está marcada por luchas constantes contra la violencia urbana, el deterioro en los servicios públicos fundamentales y la incertidumbre habitacional.

Las voces que emergen desde estas comunidades demandan respuestas integrales, participativas y humanas por parte del gobierno; soluciones que aborden tanto las causas estructurales como las vivencias particulares propias a cada sector.

Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

TRA Digital

GRATIS
VER