Washington.- La ayuda humanitaria internacional concluye el año 2025 con sus pilares reducidos a su mínima expresión. El detonante ha sido la congelación de las ayudas por parte de la Administración del presidente estadounidense Donald Trump, lo que obliga tanto a afrontar las necesidades con menos recursos como a replantear el funcionamiento del sistema en sí.
El recorte impuesto por Washington tras la llegada del líder republicano al poder el pasado enero afectó a decenas de miles de contratos de la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID). El valor total de la asistencia exterior afectada rondó los 60.000 millones de dólares (51.500 millones de euros).
La orden ejecutiva que materializó este cambio especificó que la burocracia y el sector humanitario estadounidense no estaban alineados con los intereses del país. En muchos casos, según se indicó, eran contrarios a sus valores e incluso contribuían a desestabilizar la paz mundial al promover ideas completamente opuestas a mantener relaciones internas y entre países armoniosas y estables.
Para Jessica Stern, quien durante el mandato del demócrata Joe Biden (2021-2025) trabajó como enviada especial para los derechos humanos de la comunidad LGTBI, se trata de una decisión con consecuencias devastadoras y duraderas para el sector humanitario, que, según alerta, ya está gravemente infrafinanciado.
“La ONU no funcionaba perfectamente antes, pero esto es como usar una motosierra en un paciente que necesita un bisturí”, explica en una entrevista con EFE la actual cofundadora de la Alianza para la Diplomacia y la Justicia.
Naciones Unidas anunció a principios de diciembre que en 2026 planea reducir a la mitad la cantidad de dinero que solicita a los países donantes para ayudar a los afectados por la guerra y los desastres naturales.
Su objetivo es salvar 87 millones de vidas, para lo que requiere 23.000 millones de dólares (unos 1.900 millones de euros), una cifra que representa menos del 1 % de lo que el mundo ha gastado en armamento en el último año y que no llega ni a la mitad de lo solicitado para 2025 debido a la escasez de recursos que obliga a priorizar.
Sin embargo, el director ejecutivo del Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) en España, José María Vera, subraya que aunque el recorte estadounidense ha sido drástico, con un componente humanitario muy fuerte al ser el principal donante, el contexto es mucho más grave.
“Antes y también después de la decisión de EE.UU. ha habido recortes en Francia, Reino Unido, Alemania, Bélgica, Holanda y algún país nórdico”, señala a EFE. Y lo atribuye a “un desinterés en las situaciones humanitarias extremas en un contexto de cuestionamiento del multilateralismo” y a la reducción de la cooperación internacional para aumentar el gasto militar.
Según un informe conjunto del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (IECAH) y Médicos Sin Fronteras (MSF), se calcula que la caída financiera del sistema humanitario en 2025 será la mayor de su historia, con un descenso que podría alcanzar el 34 % respecto a 2024 debido a los recortes de EE.UU. y de países europeos.
Adaptarse a los nuevos parámetros ha llevado a las organizaciones humanitarias a cerrar programas, centrar su atención en la ayuda más vital, reducir sus intervenciones en países prioritarios o rebajar sus ambiciones.
Para Manuel Sánchez-Montero, director general de la ONG Acción contra el Hambre, la orden ejecutiva de Trump fue un terremoto, pero uno que ocurrió sobre placas tectónicas ya muy inestables.
Por ello, se insiste en seguir la máxima de que toda crisis conlleva una oportunidad, pese al riesgo de que este giro nacionalista haga que solo las entidades más fuertes, sólidas y ágiles sobrevivan.
El vacío que deja Estados Unidos permite que países como China o los estados del Golfo puedan dar un paso al frente: mientras el primero pierde influencia en la arena internacional, el resto la gana.
La cofundadora de la Alianza para la Diplomacia y la Justicia considera que las cuestiones que hay que plantearse son a largo plazo y más existenciales. Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
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