En el marco de las celebraciones de fin de año, Allan Capin, especialista en Medicina Familiar de Cleveland Clinic, alerta sobre el aumento de enfermedades transmitidas por alimentos y ofrece recomendaciones clave para evitar emergencias.
Según explica, uno de los errores más frecuentes es dejar los alimentos perecederos a temperatura ambiente durante demasiado tiempo.
“Los alimentos perecederos no deben permanecer fuera más de 2 horas, o 1 hora si la temperatura ambiente supera los 90°F / 32°C. Después de ese tiempo, las bacterias se multiplican rápidamente y atendemos pacientes con deshidratación severa y vómitos por esta causa”.
Otra precaución fundamental está relacionada con el recalentamiento adecuado de las proteínas, especialmente en reuniones donde se sirven grandes cantidades de comida.
Capin recuerda que es esencial alcanzar temperaturas internas seguras: “Pollo y pavo: 165°F (74°C). Cerdo y res: 145°F (63°C) para cortes enteros, 160°F (71°C) para carne molida. Mariscos: 145°F (63°C)”. Además, subraya la importancia de mantener los alimentos calientes a 140°F (60°C) o más y los fríos a 40°F (4°C) o menos.
Durante las fiestas, es común que las personas consuman sobras, lo que también puede representar un riesgo si la comida no se almacena correctamente.
“Atendemos con frecuencia pacientes con gastroenteritis severa, deshidratación e incluso sepsis por bacterias como Listeria o Clostridium perfringens”.
Entre las medidas preventivas, recomienda refrigerar las sobras de inmediato, guardarlas en recipientes poco profundos y consumirlas dentro de 3-4 días.
Capin detalla que los principales riesgos de las sobras mal manejadas incluyen crecimiento bacteriano, intoxicación alimentaria, contaminación cruzada y descomposición con formación de toxinas.
Entre ellos, destaca que “patógenos como Salmonella, Listeria y E. coli se multiplican rápidamente si la comida queda a temperaturas inseguras”, por lo que se debe refrigerar en un máximo de 2 horas y mantener el refrigerador a ≤40°F (4°C). Sobre la intoxicación alimentaria, recuerda que sus síntomas como “náuseas, vómitos, diarrea y fiebre” pueden requerir hospitalización.
En cuanto a la contaminación cruzada, el médico advierte: “Guardar alimentos crudos y cocidos juntos puede propagar bacterias”. Por ello, recomienda usar recipientes sellados y separar las carnes crudas de los alimentos listos para consumir.
Además, alerta que “algunas bacterias (como Staphylococcus aureus) producen toxinas que el recalentamiento no destruye”, razón por la cual se deben desechar las sobras después de 3-4 días en refrigeración o entre 2-6 meses si se mantienen congeladas.
El experto también resalta la forma correcta de almacenar y recalentar sobras para minimizar riesgos: “Refrigera en 2 horas en recipientes herméticos. Recalienta completamente a 165°F (74°C). Remueve o gira la comida para calentar de manera uniforme. Solo recalienta lo que vayas a comer — recalentar varias veces aumenta el riesgo”.
Finalmente, Capin invita a prestar atención a señales que indican que una comida ya no es segura, incluso si parece estar en buen estado.
Entre ellas menciona: “olor agrio o inusual, textura viscosa o pegajosa, decoloración (gris, verde), manchas de moho y burbujeo o efervescencia inesperada”. Y concluye con una advertencia: “Algunas toxinas permanecen incluso después de recalentar. Si sospechas que la comida está en mal estado, no la pruebes: deséchala. En urgencias vemos casos graves por sobras que ‘parecían bien'”. Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.









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