El día que Mario Almonte expiró durante una emisión en directo, la urbe de Santiago se detuvo. Esto no solo ocurrió por la súbita naturaleza del suceso, sino porque era uno de los líderes del transporte más representativos de la zona, un individuo que a lo largo de más de treinta años se erigió como el portavoz de los conductores.
Almonte se distinguía por su forma de ser franca y aguerrida. En cada manifestación, en toda junta con funcionarios, su presencia dominaba como el vocero de los choferes que exigían mejores condiciones de trabajo, precios equitativos y mayor protección vial. “Mario era siempre franco, decía su verdad, aun cuando resultara incómodo”, relata Juan Méndez, colega del sector.
* Dirigió diversos colectivos de transportistas en Santiago.
* Lideró suspensiones del servicio que consiguieron modificaciones en recorridos y costos.
* Actuó como facilitador en disputas entre choferes y el gobierno local.
* Llegó a ser una figura clave en el ámbito social y político de la ciudad.
El informe de su deceso en vivo circuló veloz por plataformas digitales y noticieros locales. Para una gran parte, constituyó un impacto anímico. “Perdimos a un batallador, alguien que defendió a los transportistas como muy pocos”, señaló la Central de Transporte de Santiago en una declaración escrita.
Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
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