Fuente: as
Nació en Barcelona en 1989. Se graduó en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona. Es el editor responsable de AS Acción, la sección dedicada a los deportes de acción del diario AS, creada en 2016. Experto y practicante de muchas de estas modalidades, lleva más de una década narrando historias relacionadas con los action sports.
Nazaré mostró nuevamente su faceta más implacable. Este lugar portugués, que desde hace años se ha consolidado como el centro mundial del surf de olas gigantes, fue testigo de un nuevo incidente que evidencia que el peligro no afecta solo a quienes se lanzan sobre las paredes de agua. En esta ocasión, la víctima fue un integrante del equipo de apoyo.
Durante una sesión XXL en Praia do Norte, el reconocido cámara Laurent Pujol sufrió un fuerte accidente cuando la moto acuática desde la que filmaba fue literalmente tragada por una ola gigante. El episodio, grabado en vídeo y difundido en redes sociales, demuestra cómo la fuerza del mar elimina cualquier margen de error en cuestión de segundos.
Pujol, ganador de un Emmy y uno de los responsables visuales de la serie 100 Foot Wave, comentó tras el susto que el equipo llevaba siete años cubriendo cada marejada en Nazaré con incidentes menores, hasta que lo inevitable finalmente ocurrió. “Sabíamos que tarde o temprano nos tocaría. El mar comenzó a crecer muy rápido por la tarde y, justo antes del anochecer, una corriente fuerte y un set inesperado nos atraparon”, relató.
En Nazaré no existe un canal ni una vía clara para escapar, un factor que incrementa el riesgo tanto para los surfistas como para los equipos de seguridad y filmación. La ola lanzó sin piedad la moto acuática contra el agua, dejando a Pujol luchando bajo el agua para no soltar su cámara mientras esperaba que no llegara una tercera embestida.
La rápida intervención del equipo evitó consecuencias mayores. El rescatador Dino Carmo logró sacarlo de la zona crítica y, pocos minutos después, otro integrante del equipo recuperó al piloto del jet ski a escasos metros del acantilado. La moto acuática, dañada pero intacta, terminó varada en la playa tras ser arrastrada por el rebufo.
Nadie resultó herido, pero una vez más quedó claro el mensaje: en Nazaré, incluso quienes están al margen siempre están expuestos al peligro.
Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
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