La nueva ley entrará en vigor seis meses después de ser firmada por Hochul, para permitir que el Departamento de Salud implemente las regulaciones necesarias para su puesta en marcha.
La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, y la legislatura estatal anunciaron este miércoles un acuerdo que sumará a este estado a la lista de 12 jurisdicciones en Estados Unidos donde se permite la muerte asistida.
Hochul anunció este miércoles que convertirá en ley el controvertido proyecto presentado por la asambleísta Amy Paulin y el senador Brad Hoylman-Sigal, aprobado en abril y junio pasados, respectivamente.
La nueva ley entrará en vigor seis meses después de ser firmada por Hochul, para permitir que el Departamento de Salud implemente las regulaciones requeridas para su ejecución. Además, se garantizará que los centros de atención sanitaria puedan preparar y capacitar adecuadamente al personal para cumplir con la normativa.
Con esta acción, concluye un largo proceso que comenzó en el Senado y la Asamblea del estado en 2016, ganando apoyo progresivamente, incluyendo el respaldo del 72 % de los neoyorquinos, según una encuesta de 2024 comisionada por ‘Death with Dignity’ (‘Muerte con Dignidad’).
Hochul, católica, hizo este miércoles el anuncio de la firma del proyecto junto a un grupo de apoyo a la propuesta, reconociendo que “fue una decisión difícil”.
“Hay mucho conflicto religioso en mí. Siempre hemos hablado de estos temas, pero también me he dado cuenta de que no se trata de mí, sino de 20 millones de neoyorquinos”, afirmó la demócrata en una carta abierta publicada hoy.
Hochul dijo que escuchó a “neoyorquinos que atraviesan momentos de dolor y sufrimiento y a sus hijos, que ven a sus padres sufrir un declive lento y devastador”.
En este contexto, Hochul consideró que la ley permitirá a las personas con enfermedades terminales y un pronóstico de menos de seis meses de vida “recibir asistencia médica para acelerar lo inevitable”.
Hochul recordó en su carta a su madre, a quien vio morir de Esclerosis Lateral Amiotrófica, y expresó que “entiende” y “respeta” a quienes se oponen a la muerte asistida.
“Hay personas de diversas confesiones que creen que acortar deliberadamente la vida viola su santidad. Entiendo y respeto esas opiniones”, afirmó.
“Después de una cuidadosa deliberación, decidí apoyar la legalización de la ayuda médica para morir en circunstancias muy específicas y con protecciones significativas incluidas en la ley para asegurar que no se use indebidamente ni se aplique de manera amplia”, explicó.
El nuevo proyecto establece, tras el acuerdo con la legislatura, un período de espera obligatorio de 5 días entre la emisión de una receta y su dispensación. La solicitud oral del paciente para recibir ayuda médica para morir deberá grabarse en video o audio.
También limitará la disponibilidad de la ayuda médica para morir a los residentes de Nueva York y exigirá que la evaluación inicial del paciente por parte de un médico sea presencial.
Permitirá que los proveedores de cuidados paliativos a domicilio con orientación religiosa tengan la opción de asistir al paciente para morir y garantizará que la violación de la ley se considere mala conducta profesional.
El senador Hoylman-Sigal afirmó que hoy Nueva York ha hecho historia y que se trata de “una victoria monumental para cada neoyorquino que ha deseado poner fin pacíficamente al sufrimiento de una enfermedad terminal”.
En 1994, Oregón se convirtió en el primer estado en legalizar el suicidio asistido por un médico mediante una votación por referéndum. Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.
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