NUEVA ORLEANS (AP) — Los encargados del gobierno estadounidense que supervisan el operativo migratorio iniciado esta semana en Nueva Orleans buscan efectuar 5.000 detenciones, enfocándose en individuos con historial de violencia, una meta que ciertos burócratas municipales consideran inalcanzable.
Es una aspiración ambiciosa que superaría el número de aprehensiones logradas en una reciente incursión en Chicago, una zona con una población de inmigrantes considerablemente más numerosa que Nueva Orleans.
En Los Ángeles, el primer frente importante del plan migratorio firme del presidente Donald Trump, unas 5.000 personas fueron retenidas a mitad de año en un área donde cerca de un tercio de los 10 millones de residentes del condado son extranjeros.
“No existe ninguna justificación lógica para que una redada en Nueva Orleans, o en las jurisdicciones aledañas, logre siquiera acercarse a 5.000 infractores, y mucho menos a aquellos que se califiquen como ‘violentos’ bajo cualquier criterio”, afirmó el jueves el presidente del Concejo Municipal de Nueva Orleans, J.P. Morrell.
Los datos del Censo indican que la zona metropolitana de Nueva Orleans albergaba casi 100.000 residentes nacidos fuera del país el año pasado, y que poco menos del 60% de ellos no poseían la ciudadanía estadounidense.
Agentes federales, utilizando vehículos identificados y sin distintivos, comenzaron a movilizarse por Nueva Orleans y sus alrededores el miércoles, realizando capturas en aparcamientos de tiendas de mejoras para el hogar y patrullando vecindarios con alta concentración de inmigrantes.
Alejandra Vásquez, quien gestiona un portal en redes sociales en Nueva Orleans que reporta el movimiento de los agentes federales, comentó que ha recibido una oleada de mensajes, fotografías y videos desde que comenzaron las acciones.
“Tengo el corazón destrozado”, manifestó Vásquez. “Llegaron aquí con el propósito de capturar criminales y están llevándose a nuestra gente trabajadora. No están cumpliendo con su cometido. Están aprehendiendo familias”.
Varios cientos de efectivos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza y del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE. UU. participan en la operación de dos meses bautizada “Catahoula Crunch”.
El presidente de la Cámara de Representantes federal, Mike Johnson, oriundo de Luisiana, se suma a los republicanos estatales que respaldan la iniciativa migratoria.
“Las políticas de ciudades santuario de los demócratas han fracasado, poniendo en riesgo a nuestras comunidades americanas. La gente de nuestra gran urbe merece algo mejor, y la ayuda ya está activa”, publicó Johnson en medios digitales.
Unas dos docenas de manifestantes fueron desalojados de una sesión del Concejo Municipal de Nueva Orleans el jueves tras iniciar cánticos de “¡Qué vergüenza!”. La policía ordenó a los manifestantes abandonar el recinto, y algunos fueron apartados o retirados forzosamente por los agentes.
Documentos de planificación obtenidos el mes pasado por The Associated Press revelan que el operativo está diseñado para cubrir el sureste de Luisiana e incluso extenderse hasta Mississippi.
La vocera del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Tricia McLaughlin, precisó que los agentes buscan a inmigrantes que fueron puestos en libertad tras haber sido detenidos por delitos graves.
“En tan solo 24 horas en el campo, nuestros agentes han capturado a individuos violentos con historiales que incluyen homicidio, secuestro, abuso infantil, robo, hurto y agresión”, según declaró McLaughlin el jueves en un comunicado. Las autoridades de la Patrulla Fronteriza e Inmigración no han respondido a peticiones de información específica, incluyendo el número exacto de personas detenidas hasta la fecha.
McLaughlin indicó a CNN el miércoles que “continuaremos, ya sean 5.000 aprehensiones o más”.
Las organizaciones en defensa de los derechos de los inmigrantes temen que, para alcanzar su meta en Nueva Orleans, los federales procedan a detener a un grupo mucho más amplio de personas.
La concejal de Nueva Orleans, Lesli Harris, sostuvo que “ni de lejos existen 5.000 delincuentes violentos en nuestra región” que la Patrulla Fronteriza pudiera arrestar.
“Lo que estamos presenciando en cambio son madres, jóvenes y trabajadores siendo sujetos a detención durante controles comunes, en sus viviendas y centros de empleo”, señaló Harris. “Las infracciones migratorias son asuntos civiles, no faltas penales, y el arresto masivo de miles de residentes que no implican peligro desestabilizará núcleos familiares y perjudicará nuestro ámbito económico”.
Durante la operación “Midway Blitz” en Chicago, iniciada en septiembre, los agentes migratorios federales detuvieron a más de 4.000 personas en toda la ciudad y sus numerosas áreas suburbanas, llegando hasta Indiana.
Los funcionarios del DHS aplaudieron los esfuerzos para capturar a individuos violentos, difundiendo numerosas imágenes en redes sociales de personas aparentemente con antecedentes penales y sin estatus legal en Estados Unidos. Sin embargo, los expedientes públicos que rastrean las primeras semanas de la campaña en Chicago demuestran que la mayoría de los detenidos no contaban con historial delictivo.
De cerca de 1.900 personas retenidas en el área metropolitana de Chicago desde inicios de septiembre hasta mediados de octubre —los datos más recientes disponibles—, casi 300, lo que representa alrededor del 15%, tenían condenas penales registradas, según información del Proyecto de Datos de Deportación de la Universidad de California Berkeley sobre arrestos del ICE, analizada por The Associated Press.
La inmensa mayoría de esas condenas correspondían a infracciones viales, delitos menores o faltas no violentas, de acuerdo con los registros.
Esta noticia fue trasladada del idioma inglés por un editor de AP con apoyo de una herramienta de inteligencia artificial generativa. Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.










Agregar Comentario