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¿Qué factores convierten a la dieta mediterránea en una opción tan beneficiosa para la salud cardiovascular?

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Una amplia investigación a lo largo de los años ha señalado a la dieta mediterránea como una de las mejores para la salud cardiovascular.

Una amplia investigación a lo largo de los años ha señalado a la dieta mediterránea como una de las mejores para la salud cardiovascular. Según la dietista-nutricionista certificada Janet McCann, del Sistema de Salud de Mayo Clinic en Eau Claire, Wisconsin, este patrón alimenticio contribuye a reducir la inflamación crónica, uno de los principales factores de riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2, demencia y cáncer.

“No toda la inflamación es negativa, pero cuando se vuelve crónica puede conducir a enfermedades graves. Uno de los principales factores de riesgo es una dieta alta en grasas y azúcares. La dieta mediterránea es todo lo contrario, y lo mejor es que comer saludablemente siguiendo este modelo se siente más como un estilo de vida placentero”, explica McCann.

Sustituir grasas nocivas por grasas saludables y monoinsaturadas (aceite de oliva, aguacate).

Incluir alimentos ricos en antioxidantes y fitoquímicos que disminuyen la inflamación en las arterias.

Favorecer una presión arterial saludable con alimentos ricos en potasio y bajo contenido de sal.

Promover el consumo de granos integrales, legumbres, frutas y verduras, ricos en fibra y beneficiosos para la salud intestinal.

Fomentar un peso saludable mediante alimentos nutritivos y saciantes que previenen la sobrealimentación.

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Consejos prácticos para adoptarla

Consumir entre 2 y 3 porciones de frutas y 4 o más de verduras al día, variando opciones como granadas, higos, uvas, melocotones, espinaca y acelga.

Optar por granos integrales: pan, cereales y pasta 100 % integrales, además de bulgur y farro.

Agregar frutos secos y semillas (4 porciones semanales).

Cocinar con aceite de oliva, aguacate o pepita de uva en lugar de mantequilla.

Comer pescado dos veces por semana (salmón, sardinas, caballa, trucha).

Reducir el consumo de carne roja, priorizando pescado, aves, huevos y legumbres.

Incluir lácteos bajos en grasa como yogur griego, queso feta o chèvre.

Usar hierbas y especias para disminuir la sal.

Beber vino con moderación (opcional) y priorizar el agua como principal bebida.

Incorporar hábitos de vida: comer con calma, compartir en familia y realizar al menos 150 minutos de ejercicio moderado por semana.

Un enfoque holístico

“La dieta mediterránea es un enfoque integral que combina alimentos saludables y deliciosos con decisiones de estilo de vida que fomentan el bienestar. Muchas personas que la adoptan aseguran que no volverán a comer de otra manera” Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.

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