Más de cinco décadas sin celebraciones habían convertido la ilusión en una carga histórica. Desde 1973, los Knicks no colgaban un estandarte de campeones.
Este martes, aunque no se trató del anillo de la NBA, Nueva York volvió a celebrar: la Copa NBA ya tiene dueño y el Garden recuperó su mística.
Los New York Knicks se coronaron campeones de la NBA Cup al vencer por 124-113 a los San Antonio Spurs, gracias a un excelente último cuarto en la final disputada en Las Vegas.
Con este triunfo, los Knicks se adjudicaron la tercera edición de la NBA Cup, que anteriormente ganaron Milwaukee Bucks (2024) y Los Angeles Lakers (2023).
Además de la gloria deportiva, cada jugador de los Knicks recibirá un premio de 530.000 dólares, mientras que los jugadores de los Spurs deberán conformarse con 212.000 por cabeza.
Brunson, el líder que marcó el camino
Jalen Brunson fue el rostro de la consagración. Anotó 25 puntos, manejó los tiempos y fue elegido Jugador Más Valioso del torneo.
OG Anunoby lo acompañó como máximo goleador del partido con 28 unidades, en una actuación que sostuvo al equipo en los momentos más difíciles.
El quiebre que cambió la final
San Antonio dominó buena parte del encuentro con Victor Wembanyama, Dylan Harper y De’Aaron Fox como principales armas. Sin embargo, una racha de 13-1 de los Knicks, entre el cierre del tercer cuarto y el inicio del último, cambió la historia. Desde ese momento, Nueva York no volvió a estar en desventaja.
Los Knicks impusieron condiciones cerca del aro. Ganaron el duelo de rebotes por 59-42 y sacaron una diferencia decisiva en la pintura. Mitchell Robinson fue clave con 15 rebotes, diez ofensivos, en apenas 18 minutos. Karl-Anthony Towns, limitado por una molestia en la pantorrilla, sumó 16 puntos y 11 rebotes.
Además de la Copa NBA, cada jugador con contrato estándar recibió un importante premio económico. Pero el impacto va más allá del dinero: en una Conferencia Este abierta, los Knicks sienten que este grupo puede competir en serio.
El mensaje hacia el futuro
El partido no cuenta para la fase regular y ambos equipos mantienen récord de 18-7. Aun así, el antecedente es claro: los equipos que llegan a esta instancia suelen trasladar el envión a los playoffs.
Después de más de 50 años, el Madison Square Garden volvió a festejar. Y la ilusión, esta vez, parece tener fundamentos.
Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.









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