Saltillo, Coah.- En el tercer domingo de Adviento, antes del nacimiento de Jesús, el obispo Hilario González García destacó que nacer en la vida cristiana significa alegría, gozo, compromiso y esperanza.
“Nuestra esperanza es alegre, porque la acción del Señor nos protege de lo que nos amenaza; su presencia es misteriosa y a la vez muy real, lo que nos hace sentir seguros. No es el temor lo que rige nuestra vida, sino el amor de Dios que nos acompaña en toda la vida. Dios se goza con nosotros y nos anima a mantenernos alegres”.
El gozo espiritual, explicó, debe impulsarnos a animar a los de corazón apocado, a cooperar en la sanación de los débiles y de los afligidos; a no ser indiferentes ante el sufrimiento de los demás, sino a ponernos a su servicio.
“Nuestra esperanza es activa porque la alegría y la serenidad que experimentamos nos impulsan a la acción. Primeramente, a la oración para conocer y asumir la voluntad de Dios, para presentarle nuestras inquietudes y experimentar su paz que custodia nuestros corazones y pensamientos. En segundo lugar, nuestra esperanza es activa porque nos abre a la realidad que nos rodea para salir al encuentro de los necesitados y compartir con ellos a Cristo, razón de nuestra alegría”.
‘Tenemos compromiso’
La esperanza también es comprometida porque, al sabernos amados y protegidos, nos damos cuenta de que Dios nos pide ser generosos y hacer un correcto uso de los dones recibidos, especialmente cuando implican algún poder o autoridad.
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