Washington. Dos soldados del ejército estadounidense y un intérprete civil fallecieron, y otras tres personas resultaron heridas en una emboscada del Estado Islámico el pasado sábado en Palmira, Siria, mientras apoyaban operaciones antiterroristas, informó el Pentágono.
Este ataque a las tropas estadounidenses en Siria es el primero que provoca víctimas desde la caída del expresidente Bashar Assad hace un año.
El Comando Central comunicó en una publicación en X que, por respeto a las familias y conforme a la política del Departamento de Defensa, las identidades de los miembros del servicio permanecerán ocultas hasta 24 horas después de que sus familiares hayan sido notificados.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, escribió en X: “Que quede claro: si atacan a estadounidenses, en cualquier parte del mundo, pasarán el resto de su breve y ansiosa vida sabiendo que Estados Unidos los cazará, los encontrará y los matará sin piedad”.
El tiroteo ocurrió cerca de la histórica Palmira, según la agencia estatal de noticias SANA, que había informado previamente que dos miembros de las fuerzas de seguridad sirias y varios militares estadounidenses resultaron heridos. Los heridos fueron trasladados en helicóptero a la guarnición de Al-Tanf, cerca de la frontera con Irak y Jordania.
El presidente Donald Trump declaró el sábado que Estados Unidos tomará represalias por la muerte de los soldados y el civil.
“Tomaremos represalias”, afirmó Trump a los periodistas frente a la Casa Blanca. Poco después añadió desde su plataforma Truth Social que el presidente sirio, Ahmed al Sharaa, estaba “extremadamente enfadado y afectado por este ataque”. Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.









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