Redacción Ciencia, 12 dic (EFE).- En paleontología, un solo resto puede ser indicio de un gran hallazgo. En este caso, se trata de un diente de 66 millones de años que sugiere que algunos mosasaurios, un tipo de reptil marino gigante, también podían cazar en ríos.
El diente fue descubierto en 2022 en la formación Hell Creek, en Dakota del Norte (EE.UU.), en una zona fluvial que antiguamente estaba conectada con un mar antiguo conocido como Western Interior Seaway.
El propietario del diente sería un mosasaurio del grupo Prognathodontini, reptiles extintos similares a lagartos que podían alcanzar hasta 12 metros de longitud, según las similitudes entre los patrones texturizados de su superficie y los dientes de otros miembros de este grupo.
El estudio, publicado en BMC Zoology y liderado por la Universidad de Uppsala (Suecia), muestra que los mosasaurios se adaptaron a entornos fluviales en el último millón de años antes de su extinción.
El diente fue hallado en un depósito fluvial, junto con un diente de Tyrannosaurus rex y una mandíbula de cocodrilo, en una zona conocida por los restos del dinosaurio Edmontosaurus, de pico de pato.
Esto llevó a los investigadores a preguntarse cómo había terminado un diente de mosasaurio en un río, cuando se suponía que este reptil vivía en el mar.
El diente no mostraba señales de haber sido transportado, lo que sugiere que vivió y murió en Hell Creek, una región donde no se habían encontrado dientes de mosasaurio del mismo período.
Los autores analizaron los isótopos del esmalte dental para deducir las condiciones en las que vivía y encontraron firmas isotópicas de oxígeno y estroncio asociadas a entornos de agua dulce.
El equipo considera que esto podría deberse a que el mosasaurio se alimentaba de animales de agua dulce, lo que indica que era capaz de vivir y cazar lejos del mar.
Análisis adicionales de dientes de mosasaurios más antiguos y otros animales del Western Interior Seaway revelaron concentraciones de isótopos más consistentes con hábitats de agua dulce que con ambientes marinos.
Los autores proponen que los miembros de Prognathodontini podrían haber sido depredadores oportunistas que se adaptaron a entornos de agua dulce.
Este hallazgo arroja luz sobre un capítulo de la historia de la Tierra: la afluencia de agua dulce al Western Interior Seaway, un mar interior que dividía América del Norte de norte a sur, aumentó con el tiempo y transformó gradualmente el agua salada en salobre y luego en dulce.
Los autores creen que esto condujo a la formación de una haloclina, en la que una capa de agua dulce se situaba sobre el agua salada, más densa, una teoría respaldada por los análisis isotópicos.
El análisis de diferentes fósiles marinos estableció una diferencia: los animales que respiraban por branquias tenían firmas isotópicas que los vinculaban con aguas salobres o saladas, mientras que los que respiraban por pulmones carecían de tales firmas.
Esto demuestra que los mosasaurios, que necesitaban salir a la superficie para respirar, habitaban en la capa superior de agua dulce y no en la inferior, donde el agua era más salina, explicó Per Ahlberg, coautor del estudio, citado por la Universidad de Uppsala. EFE Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.









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