Las sanciones se han impuesto “ante la creciente violencia de pandillas, los continuos abusos graves de los derechos humanos cometidos por estos grupos en el país y la persistente impunidad de los responsables”, señala el Consejo de la UE, que agrupa a los Estados miembros.
Los ministros de Exteriores de la Unión Europea (UE) aprobaron este lunes sanciones contra el expresidente haitiano Michel Martelly y otros dos políticos, así como contra una banda de Puerto Príncipe, debido a la “creciente violencia de pandillas” y los “abusos graves de los derechos humanos”.
Las sanciones se han impuesto “ante la creciente violencia de pandillas, los continuos abusos graves de los derechos humanos cometidos por estos grupos en el país y la persistente impunidad de los responsables”, señala el Consejo de la UE, que agrupa a los Estados miembros.
Junto a Martelly, ha sido sancionado Youri Latortue, su antiguo asesor político y fundador del partido ‘L’Ayiti An Aksyon’.
“Ambos armaron y financiaron a varias pandillas para promover su agenda política, defender sus intereses personales y económicos, y controlar el territorio”, indicó el Consejo en un comunicado.
La UE también sancionó a Rony Celestin, un exsenador haitiano “implicado en la violencia relacionada con grupos armados y contrabando”, indicó el Consejo, que añadió que es responsable de orquestar el asesinato del periodista Néhémie Joseph, “quien denunció sus actividades ilegales y corrupción”.
También fue sancionada ‘Gang 5 Segond’, “una poderosa banda con base en el barrio de Village-de-Dieu en Puerto Príncipe”, que “es responsable de robos, violaciones, secuestros, asesinatos, piratería, extorsión, obstrucción de la ayuda humanitaria y tráfico de armas y drogas”, señaló.
Los sancionados están sujetos a la congelación de activos, y las personas y entidades de la UE tienen prohibido poner fondos, activos financieros o recursos económicos a su disposición, tanto directa como indirectamente. Además, los individuos tienen prohibido viajar al territorio de la UE. EFE
Organización “Crisis Group”
Si la nueva Fuerza de Supresión de Pandillas (GSF) recibe todo el apoyo internacional prometido, podría representar un punto de inflexión contra las pandillas, “la amenaza más grave que Haití ha enfrentado en décadas”, pero será necesaria una estrategia basada en “algo más que fuerza bruta” para alcanzar una paz duradera en el país, según un análisis difundido este domingo por la organización Crisis Group.
“Si se financia plenamente, la Fuerza de Supresión de Pandillas, que tendrá un mandato más firme que su predecesora, podría ayudar a cambiar la situación contra las pandillas. Pero para que eso ocurra, las autoridades necesitarán una estrategia que se base en algo más que la fuerza bruta”, concluye el informe ‘Deshaciendo la Alianza Letal de las Pandillas en Haití’.
El análisis señala que, aunque no se dispone de datos exactos, la coalición de pandillas que ha sorprendido a los observadores por su durabilidad podría contar con hasta 20.000 miembros y es cada vez más despiadada.
En 2024, las tasas de homicidios alcanzaron un máximo histórico, con más de 5.600 personas asesinadas debido a la violencia pandillera. En promedio, esto significa que más de 15 personas fueron asesinadas cada día.
Desde octubre pasado, la GSF sustituyó a la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS), ambas creadas por mandato del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y se espera que cuente con un operativo de 5.500 efectivos.
Hasta ahora, afirma Crisis Group, “los esfuerzos nacionales e internacionales para detener la expansión violenta de la coalición de pandillas han sido insuficientes” y, además, estos grupos armados intentarán aprovechar el frágil proceso electoral previsto para 2026, en un país que lleva una década sin celebrar comicios.
Así, añade, las demostraciones de fuerza en zonas dominadas por pandillas serán “un elemento disuasorio útil, indicando tanto a los líderes como a los miembros de base que entregarse a las autoridades es la mejor opción”, y una vez que las autoridades haitianas tomen el control deberían estar dispuestas “a negociar con sus líderes la mejor manera de proteger a la población civil y, eventualmente, la ruta hacia la desmovilización total”.
“Esfuerzos anteriores han demostrado que eliminar a los líderes de las pandillas y arrestar a sus miembros puede traer una calma temporal. Sin embargo, es probable que la violencia resurja a menos que los grupos sean desarmados por completo y quienes los han apoyado rindan cuentas”, subrayó el análisis.
Porque, aunque se logre dominar a las bandas por la fuerza —que actualmente controlan el 90 % de la capital del país—, Crisis Group advierte: “A menos que se tomen más medidas para desmantelar estos grupos, detener su reclutamiento y romper sus vínculos con el poder, esto equivaldría a poco más que una pausa en la batalla”.
El analista de Crisis Group sobre Haití, Diego Da Rin, considera que es “comprensible que muchos haitianos se nieguen a contemplar responder a los horrores que han sufrido con algo que no sean represalias contundentes”.
Sin embargo, el analista advierte que, incluso si la GSF “cumple su promesa”, llegará un momento en que se deberá dialogar con las pandillas “desde una posición de fuerza” para proteger a los civiles y desarmar a las pandillas, algo que sería “mucho más beneficioso para Haití como primer paso en el largo camino hacia la estabilidad”. Este contenido fue hecho con la asistencia de una inteligencia artificial y contó con la revisión del editor/periodista.









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