CNET
El 3 de abril de 2020 llegará a los cines por fin The New Mutants, seguramente la película de superhéroes cuyo estreno más se ha postergado desde que se vive la eclosión del género.
FOX viene hablando de este spin-off de la que hasta hace nada era su saga mutante desde 2015. En 2017 ya pudimos ver un avance y se confirmó que la película había sido grabada por completo. Se iba a estrenar el 13 de abril de 2018 inicialmente, pero poco después se trasladó sin mayores explicaciones al 22 de febrero de 2019 y después al 2 de agosto de 2019.
Solo en este último retraso se conoce con certeza el factor que lo provocó: la compra de FOX por parte de Disney, que supuso la ‘vuelta a casa’ de los X-Men y todo el mundo mutante, incluido Deadpool y, como no, estos Nuevos Mutantes que hasta ahora solo habían aparecido en pantalla con versiones más o menos apegadas en Días del futuro pasado (2014) y Deadpool 2 (2018) y su particular visión de los X-Force.
Desde entonces los rumores sobre toda esta dilación han dado para mucho: se ha especulado con que Disney quiso cambiar por completo la película una vez que la vio, y que incluso se planteó dejarla para estrenar solo a través de Disney+. También se habló de diferencias de estilo entre su director Josh Boone y el estudio. Al final, según la versión oficial, parece que el metraje de la película y su idea inicial se han dejado sin tocar, pero que esta quedará como una rara avis aislada sin conexión con el resto de la franquicia mutante ni, por supuesto con el UCM -aunque si quieres buscar, teorías no faltan-.
Lo cierto es que tal y como se nos ha presentado, especialmente en el último trailer, parece que The New Mutants será con todas las letras una película de terror, que contará la historia de estos jóvenes mutantes incapaces de controlar aún sus poderes en un centro donde quieren dominarlos aparentemente con un fin insano, como si estuvieran en una versión oscura de la mansión X.
Un origen basado en explotar la franquicia mutante
El grupo The New Mutants surgió como una opción destinada a sacar más réditos económicos a la rentabilísima franquicia en la que se convirtieron los X-Men en los 80. Aupados por los guiones de Chris Claremont la familia mutante consiguió en aquellos años el honor de tener en su colección la grapa más vendida de la historia, algo que aún mantienen.

Fue la era en la que se presentó a Lobezno, a todos los héroes icónicos que ya hemos visto en mayor medida en el cine y, sobre todo, en la que sus historias superaron las aventuras de los Vengadores, Los 4 Fantásticos o incluso Spider-man gracias a dar una vuelta de tuerca más al paradigma de héroes que aprovechan y sufren las consecuencias de sus poderes a partes iguales. Los X-men eran distintos, repudiados y perseguidos por una sociedad que los perseguía, lo que les aportaba una carga política y social que les hacía elevarse unos palmos por encima en la escalera de edad de los lectores.
Pero como decimos, Marvel vio como no pronto un filón en ellos, y Jim Shooter, el entonces editor jefe de Marvel, le pidió a Claremont que expandiera la franquicia con grupos afines. Aunque el guionista en principio se mostraba reacio a ello, al final decidió lanzar él mismo un nuevo equipo mutante y guionizarlo también para mantener el control editorial: de esta forma nacieron Los Nuevos Mutantes en 1982, que pronto tendrían su propia serie independiente.
En sus comienzos, los Nuevos Mutantes no escapaban mucho del argumento que se entiende por su nombre: un grupo de nuevos alumnos en la escuela de Charles Xavier que repetían en parte la fórmula de los inicios de su equipo ‘padre’, jóvenes que aún no controlan bien sus poderes y se pelean por ser diferentes en un mundo que no los comprende. Sin embargo, con el paso del tiempo, los Nuevos Mutantes fueron tomando entidad propia.
Aunque Claremont firmó algunos de sus mejores arcos -luego volveremos con él- y ya introdujo esa patina de terror que los diferencia en gran medida de los originales y que en parte se basa en la nueva película, el equipo evolucionó sobremanera con la llegada a los lápices de Rob Liefeld, quien dibujaría y daría entrada a personajes ya conocidos como Cable o Deadpool y renombraría al equipo como X-Force en la década de los 90.
La diversidad como fuerza fundamental de sus personajes
Como X-Force y dirigidos por Cable, los nuevos mutantes fueron ganando fiereza y violencia, tal y como se estilaba en los cómics de la época, alejándose ya mucho de la versión que veremos en pantalla.