Redacción Internacional.- Juli Briskman, la mujer que fue despedida por hacer un gesto osceno con el dedo a Donald Trump, podrá respirar un poco más tranquila después de que, tras ser despedida de su trabajo, miles de personas hayan donado más de 80,000 dólares para ayudarla.
Esta madre nunca imaginó que por pintarle dedo a la caravana en la que iba el presidente se quedaría desempleada. Ocurrió el 31 de octubre, días después de ese fortuito encuentro cuando el mandatario se dirigía a su campo de golf Trump National Golf Club, en Virginia, y ella iba en su bicicleta. El momento quedó inmortalizado en una foto que inmediatamente se hizo viral.
Tras quedarse sin trabajo, Briskman pensó en los problemas que ahora debía enfrentar al no tener ingresos. Cómo decírselo a sus hijos, cómo pagar la hipoteca o el seguro de salud fueron algunas de las preocupaciones que le pasaron por la cabeza mientras volvía a casa tras ser despedida.
Así lo contó este martes en una carta de agradecimiento en la plataforma Go Fund Me, en la que ya se han recaudado 80,381 dólares. En los ocho días que lleva abierta la campaña, cerca de 3,500 personas han donado dinero para quien, tras conocerse su acto, fue incluso calificada como una heroína.
Según los datos de Go Fund Me, entre los últimos donativos prevalecían donaciones pequeñas de entre 5 y 25 dólares, aunque una persona dio 100 y otra 500.
«Gracias a estas generosas donaciones, algunas de las preocupaciones han desaparecido», reconoció Briskman en la nota de agradecimiento.
La mujer fue despedida de la compañía Akima, una subcontrata del gobierno en la que Briskman era la responsable de redes sociales. La empresa adujo que ese gesto podía dañar su negocio.
Según dijo Briskman en una entrevista, no se arrepiente de haberle pintado dedo a Trump. «Estaba pensando en los beneficiarios de DACA que van a echar. Retiró anuncios para enrolarse en Obamacare. Solo un 3 por ciento de Puerto Rico tiene luz. Estaba pensando que él estaba en un campo de golf otra vez», afirmó.