Los ejercicios anuales, llamados Vigilant Ace, se extenderán hasta el viernes, y en ellos participan seis aviones sigilosos F-22 Raptor entre otras 230 naves. Los ejercicios han sido condenados por Corea del Norte como una provocación.
Jets F-35 también participan en los ejercicios, incluyendo el más grande escuadrón de cazas de quinta generación, de acuerdo a un portavoz de la Fuerza Aérea estadounidense en Corea del Sur.
Unos 12.000 miembros del ejército estadounidense, incluyendo infantes de marina y marineros, se unirán a las tropas surcoreanas.
Los aviones que participan llegarán provenientes de ocho diferentes instalaciones militares estadounidenses y surcoreanas.
De acuerdo a la prensa surcoreana, bombarderos B-1B Lancer también podrían participar, pero el portavoz estadounidense no confirmó esos reportes.
Según el ejército estadounidense, los ejercicios buscan mejorar la capacidad de respuesta y operacional y asegurar la paz en la Península Coreana.
Pyongyang culpó al presidente Donald Trump de elevar las tensiones y advirtió durante el fin de semana que los ejercicios Vigilant Ace estaban “llevando la ya grave situación en la Península al borde la guerra nuclear”.





