El PRM sin estrategia política y jugando a dos cabezas

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Por el periodista Salvador Holguín

En política la coherencia, firmeza y decisión son garantía de triunfo por ende ascenso al poder, y los perremeistas lo saben muy bien porque cuando eran perredeistas las veces que llegaron al gobierno fue “a capa y espada”, en otras ocasiones “a sangre y fuego”, como en 1962 con el profesor Juan Bosch, 1978 con don Antonio Guzmán Fernández y en el 2000 con Hipólito Mejía. El PRM tiene que ser sincero, porque por un lado dice que apoya las primarias cerradas organizadas por la Junta Central Electoral, y por el otro expresa que cada partido escoja su propio método de selección de sus candidatos, con esas contradicciones y ambivalencias no se llega al poder.

No entendemos porque el PRM y sus principales líderes; Luis Abinader e Hipólito Mejía, están jugando a dos cabezas con la Ley de Partidos y primarias abiertas o cerradas, si ambos dirigentes partidarios saben muy bien que las primarias abiertas son inconstitucional, debido a que el artículo 216 de la Constitución establece que la organización de partidos, agrupaciones y movimientos políticos es libre, con sujeción a los principios establecidos en esta, además que su conformación y funcionamiento deben sustentarse en el respeto a la democracia interna y a la transparencia, de conformidad con las leyes del país, por consiguiente no se le puede obligar mediante ley a utilizar un mecanismo de escogencia de sus autoridades y candidatos que vulneren los derechos fundamentales y constitucionales de los ciudadanos y las agrupaciones partidarias, que en las elecciones del todo contra todo tendrán que enfrentarse con sus contrincantes en plebiscitos congresuales, municipales y presidenciales, razón esa por la que no pueden permitir que vengan de afuera a imponerle las reglas del juego y quién debe representarle en los cargos de representatividad electiva.

El PRM de manera torpe o inducido por un acuerdo soterrado con el presidente Danilo Medina, define su posición de que se consigne en la ley de agrupación política que cada partido escoja su método de primarias que entienda, como una flexibilización para lograr la aprobación de la iniciativa electoral. Precisamente el punto incompatible entre leonelistas y danilistas a lo interno del Partido de la Liberación Dominicana, es establecer el tipo de primarias a utilizar para escoger los candidatos de la estructura morada, Danilo en franca violación a la Constitución las quiere abiertas para aplastar a su enemigo personal “El León Fernández”, y Leonel apegado a la legalidad las quiere cerradas para que estén cónsonas con la Carta Magna. Si el Partido Revolucionario Moderno ya sabe que las primarias abiertas o cerradas dividen al PLD, enfrentando a Leonel y a Danilo, deberían plantarse con firmeza, pero del lado de la legalidad para derrotar a Medina, profundizando la confrontación entre ambos que sería una oportunidad por la vía democrática que tiene el PRM para sacar del poder al PLD.

Hipólito Mejía, pero más Luis Abinader, han cometido el error de no saber elegir cuál es su enemigo político coyuntural, eso le ha imposibilitado a Hipólito volver al poder y a Luis llegar a la Presidencia, ejemplo de eso fue el escenario del 2012 donde el expresidente Mejía no entendió que su adversario en ese momento era Danilo Medina y no Leonel Fernández, ya que Leonel iba saliendo de la Presidencia y Danilo quería alcanzarla igual que “Llegó papá”. El “Guapo de Gurabo” en su inquina personal contra Fernández cometió la novatada de marcharle a un hombre como “el León” que tenía todo el poder del país en sus manos y sabiéndolo usar, lo reventó.

En el caso del candidato presidencial del 2016, Luis Abinader Corona, los yerros políticos son diferentes pero con algunas pifias parecidas, en el periodo 2012-2016 no le marchó haciéndole oposición a quien gobernaba la nación en ese momento que era Danilo Medina Sánchez, sino que concentró sus energías, recursos y estrategia política contra Leonel Fernández, creyendo que Danilo no iba a la reelección por el impedimento constitucional, y disque para no cometer el error de Hipólito Mejía en las elecciones del 2012 que arremetió contra el príncipe cuando debió ser contra “el Trujillito del siglo 21”, y lamentablemente tanto a Hipólito como a Luis les pasó como el cuento del toro y el hombre vico, que corriéndole al toro que no era lo ensartó el que si era.

Si los perremeistas quieren llegar al poder deben replantear su estrategia y metodología de hacer política en estos tiempos, viéndose en el espejo de Ramfis Domínguez Trujillo y del propio Leonel Fernández Reyna, que no han salido por entero al ruedo político por la candidatura presidencial y ya están marcando mejor que los candidatos tradicionales y aspirantes vitalicios de la oposición. Ni Hipólito Mejía ni Luis Abinader han logrado lo fundamental y determinante para un candidato, que es posicionarse, salir bien valorado en las encuestas, y que cuando se hable en los corrillos de quién se perfila como el próximo presidente de la República la gente lo tenga a flor de labios y diga que es él, de lograr eso la mitad del pleito está ganado.

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Salvador Holguín

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