Poco más de tres lustros atrás, el uso que dábamos a los teléfonos móviles estaba, casi exclusivamente, confinado a las llamadas.Pero la fotografía, la música, la domótica, los juegos y decenas de miles de aplicaciones relegaron las llamadas telefónicas a un lugar subsidiario y propiciaron la llegada de los «smartphones».
Este cambio se produjo principalmente por dos motivos: la casi omnipresencia de Internet y la mayor capacidad de procesamiento de los microchips.
La primera es la empresa que fabrica los microchips para los principales teléfonos móviles y ha adaptado su microchip Snapdragon 801 para numerosos drones. Esto les permite procesar imágenes en 4K, aumentar la duración de la batería hasta un 20%, llevar sensores y realizar mapas en 3D para vuelos autónomos. La gran ventaja es que el Snapdragon 801 está adaptado para una mejor conectividad wifi, algo que lo convierte en una unidad con gran potencia para operar fuera del campo de visión de su piloto.
Por otra parte, Intel está más centrado en el entorno 5G y en los enjambres. Si unos meses atrás batía el record mundial poniendo en el aire 1.218 drones para crear un espectáculo de luces controlado al milímetro, en breve se propone un hito mayor: 1.500 drones en vuelo coordinado. El espectáculo se llevará a cabo en julio, cuando se cumplirán los 50 años de Intel y cada drone estará equipado con unas luces LED. El total les permitirá crear más de 4.000 millones de combinaciones de colores.
El uso de enjambres ( miles de dispositivos trabajando de manera coordinada) es una de las áreas que más interesan a los expertos en drones. Un ejemplo es la polinización. En EE UU algunas especies de abejas han sido declaradas en peligro de extinción. Entre 1990 y 2015, las colmenas salvajes han desparecido a un ritmo que oscila entre un 30 y un 90%. Y esto puede ser catastrófico ya que gran parte de nuestros alimentos están vinculados directa o indirectamente con la polinización. Con esto en mente, el Instituto Avanzado de Ciencia y Tecnología Industrial, de Japón, ha diseñado unos drones que podrían colaborar con las abejas.
Dotados con pelos similares a los de los insectos y un gel que atrae y atrapa al polen, ya han sido probados en diferentes sitios de EE UU con resultados interesantes.





