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Oprah Winfrey explica por qué no se ha casado ni tiene hijos

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La todopoderosa productora y presentadora Oprah Winfrey, una leyenda de la pequeña pantalla estadounidense, mantiene desde hace más de tres décadas una discreta relación con Stedman Graham, con quien nunca ha llegado a pasar por el altar pese a que a principios de los 90 se comprometieron con la intención de celebrar una boda.

Yahoo.- La todopoderosa productora y presentadora Oprah Winfrey, una leyenda de la pequeña pantalla estadounidense, mantiene desde hace más de tres décadas una discreta relación con Stedman Graham, con quien nunca ha llegado a pasar por el altar pese a que a principios de los 90 se comprometieron con la intención de celebrar una boda.

Sin embargo, ella está convencida de que si hubieran seguido adelante con esos planes a día de hoy no estarían juntos porque la dinámica de su convivencia -que se basa en gran parte en que cada uno sea libre de perseguir sus ambiciones profesionales y personales con la bendición del otro- se habría alterado radicalmente.

«Stedman nunca me pide nada. No me pregunta dónde está su cena o su desayuno, jamás. Y creo que eso habría cambiado si nos hubiésemos casado. Sin duda, no habríamos permanecido casados por lo que ese voto habría significado para él y por las opiniones propias que yo también habría tenido al respecto. No me arrepiento lo más mínimo».

Lo mismo sucedió con la posibilidad de que tuvieran hijos: aunque en un punto de su vida Oprah llegó a planteárselo, eventualmente se dio cuenta de que no poseía «la capacidad de sacrificio y el compromiso» que requiere criar a un niño y que sí veía en las madres que conocía a través de su popular programa de entrevistas.

«Hubo una época, cuando estábamos en Chicago, en que llegué a comprar otro piso porque pensé que iba a casarme y que necesitaría más espacio para los hijos que tuviéramos juntos», ha confesado en una nueva entrevista a la revista People.

«Me di cuenta de que cada día conocía a personas que eran un desastre y, en la mayoría de los casos, sus problemas se debían a que sus padres o sus madres no habían sido conscientes de lo crucial que era el rol que desempeñaban. Yo no tengo la capacidad de compartimentar que veo en otras mujeres. Y por eso, con el paso del tiempo, he ido ganando un inmenso respeto hacia quienes deciden quedarse en casa con sus hijos, porque no sé cómo son capaces de hacerlo, todo el día, cada día. Nadie les reconoce su mérito a esas mujeres», ha apuntado.

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