Puerto Príncipe, 22 oct (Prensa Latina).-La crisis de Haití sigue hoy cobrando víctimas, en especial la escuela, después de un mes de parálisis y protestas generalizadas que piden la renuncia del presidente Jovenel Moïse.
‘Con gran amargura, vemos que las escuelas no funcionan, también observamos que no se está haciendo nada, en términos de condiciones, para garantizar el funcionamiento de las escuelas’, lamentó en la televisión local.
Desde el debut de la nueva oleada de movilizaciones antigubernamentales, el pasado 16 de febrero, una semana después del inicio del año académico, se estima que casi tres millones de estudiantes no han podido asistir a clases.
‘Hacemos un llamamiento en nombre de los padres que, con gran sacrificio, quieren que sus hijos vayan a la escuela, lanzamos un grito en nombre de la sociedad que está pagando las cuentas’, enfatizó y anunció para este martes una marcha silenciosa en la capital para sensibilizar a la opinión pública.
Explicó que, debido a la crisis desde el año pasado, algunos centros docentes planearon extender los días escolares este año para cubrir el plan de estudios, sin embargo, la actual parálisis en todo el sistema educativo en los meses de septiembre y octubre agravó la situación.
‘No podemos hacer proyecciones’, deploró el clérigo, e indicó que esto solo debilita aún más el sistema educativo.
La víspera, cientos de maestros protagonizaron una protesta en Puerto Príncipe, y condicionaron el reinicio de las clases a la dimisión de Moïse, quien aseguró recientemente que se mantendrá en su cargo.
Por su parte, sectores opositores crearon recientemente una comisión para la transferencia del poder, con el objetivo de nombrar al próximo presidente y primer ministro, así como el gabinete del gobierno de transición.
Mientras se acentúa la crisis, sin vislumbrarse una pronta solución, aumenta la inseguridad alimentaria, el desempleo, los precios de la canasta básica, y disminuyen los ingresos de millones de ciudadanos.