Es mucho lo que se ha hablado de corrupción, y en las últimas semanas de coronavirus. Ambos, temas importantes, no solo para cada dominicano y dominicana, sino también para la colectividad, si nos referimos al aporte individual que podemos hacer cada uno, a nuestro país.
Semanas atrás fueron muchos los momentos en que un ¨cacerolazo¨ nos hizo reflexionar. En ocasiones marchas, discursos ¨incendiarios¨ por redes sociales, denuncias de corrupción administrativa, acusaciones directas a funcionarios y el tema central: suspensión de elecciones municipales del pasado 16 de febrero que llevaron a miles de jóvenes a movilizarse y reclamar, en contra del Gobierno y la Junta Central Electoral (JCE).
Me llenó de orgullo, como joven, ver a tantos de mi generación pedir un mejor país y estar dispuestos, como lo hicieron, a ir a la Plaza de la Bandera, y otros escenarios, con la firme convicción de que luchan por lo justo. Les felicito, hicieron lo que mis hermanas y yo nunca hemos hecho. Pero no basta.
Ahora, en este instante, cuando el país se encuentra afrontando la crisis social más adversa de los últimos 30 años, porque implica directamente la preservación de la vida, es justo el momento en que todos esperamos que esos mismos jóvenes valientes, con tantas ganas de tener un mejor país, salgan a sacar al país adelante, ante la amenaza a que representa la propagación del coronavirus en el territorio nacional.
Es ahora, cuando tienen la oportunidad de demostrar su compromiso y no solo su rebeldía. Por 15 días nuestro país estará en riesgo, no solo de salud, sino que nuestra salud financiera está en juego y solo los jóvenes tienen la fortaleza física y mental, para salir de la cuarentena y con su trabajo ¨echar nuestro país adelante¨. Sobre todo tomando en cuenta que para hacerlo solo se requiere apostar a la misma energía utilizada para protestar intensamente.
No es solo el resultado de las elecciones por lo que hay que luchar, pues sin gente no hay país.
Todos esperamos que ahora que adultos mayores y personas con condiciones de salud particular no pueden estar activos en la dinámica productiva nacional, sean esos jóvenes que con la misma valentía y creatividad que extraordinariamente poseen para protestas, reclamos y difusión de memes en redes sociales,quienes se empoderen y demuestren ese patriotismo que les llevó a reclamar democracia y que en las condiciones actuales, no necesita encendidos de vela, ni el tope de ollas, sino aprovechar el escenario que tanto reclamaron y ahora es suyo.
¡Adelante! su escenario ya no es la JCE, es la nación misma. Aunque habrá que esperar para ver si el patriotismo y la valentía era solo para organizar protestas o si incluía hacer algo positivo al favor de nuestra tan amada República Dominicana.