Naciones Unidas, 28 may (EFE).- La ONU y decenas de líderes internacionales se comprometieron este jueves a impulsar respuestas conjuntas y solidarias ante la crisis del coronavirus, con propuestas como un amplio programa de alivio de deuda para los países que lo necesiten y la inyección de liquidez en los mercados emergentes.
En una cumbre virtual, Gobiernos de todo el mundo y organizaciones internacionales abordaron cómo apoyar a los Estados más vulnerables frente a la pandemia y cómo evitar que la crisis económica desencadenada por el COVID-19 arruine años de progresos en materia de desarrollo.
“A menos que actuemos ahora, la pandemia causará una devastación y sufrimiento inimaginables alrededor del mundo”, señaló el jefe de la ONU, António Guterres, que advirtió del riesgo de que millones de personas caigan en la pobreza y de que se produzcan hambrunas históricas.
Guterres, en una conferencia de prensa posterior, se mostró esperanzado por el compromiso mostrado por los participantes en la cita, a la que se refirió como “la mayor reunión de líderes desde el inicio de la pandemia”.
En ella participaron algunos de los principales dirigentes europeos como la canciller alemana, Angela Merkel; el presidente francés, Emmanuel Macron; el primer ministro británico, Boris Johnson; el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez; y el primer ministro italiano, Giuseppe Conte.
Mientras, entre las ausencias destacaron las de las dos mayores potencias económicas del mundo: Estados Unidos y China, aunque Guterres aseguró que ambos están participando en las discusiones en este ámbito y que sus líderes no intervinieron por problemas de agenda.
Los participantes defendieron en general la necesidad de respuestas globales y coordinadas ante la pandemia y de mostrar solidaridad con las naciones con menos recursos ante el riesgo de que la crisis dispare la desigualdad.
ALIVIO DE DEUDA SOBERANA
Aunque en la reunión se escucharon pocas propuestas concretas, una de las ideas más repetidas y con aplicación más inmediata fue la de ampliar las medidas de alivio de la deuda soberana a más países, en un momento en el que muchas economías sufren por la recesión global y el desplome de precios de materias primas.
Hasta ahora, el G20 ha acordado la suspensión temporal del servicio de deuda de los países más pobres del mundo, una medida que, según Guterres, debe ser “un primer paso”.
El secretario general de Naciones Unidas defendió que ese tipo de programas deben ofrecerse también a otros países en vías de desarrollo o de ingresos medios que tengan problemas para financiarse en los mercados y aseguró que existe un “amplio consenso” en ese sentido.
«Necesitamos que después de todos estos esfuerzos (contra el coronavirus), que traerán aumentos en el endeudamiento, haya un consenso en el medio plazo sobre cómo aliviar muchas de las tendencias de amortización de esas deudas en los países emergentes para poder recuperar el crecimiento rápidamente y proteger el desarrollo social», defendió el presidente colombiano, Iván Duque.
El presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, pidió las instituciones financieras internacionales que evalúen urgentemente el problema de deuda que surgirá en los próximos meses y en los próximos años y que sean más flexibles en la utilización de los parámetros establecidos.
Numerosos líderes, incluidos los de grandes potencias económicas como Francia o Japón, defendieron medidas para aliviar la carga de las arcas públicas a mediano plazo, algo que también hizo el Banco Mundial.
El objetivo debe ser que todas las naciones puedan «atender las necesidades de los ciudadanos sin generar problemas de sobreendeudamiento que podrían suponer una carga insostenible en el futuro», según indicó el presidente del Gobierno español.
La ONU defendió también la importancia de inyectar más liquidez en las economías emergentes ante la huida de capitales que se ha desencadenado con la pandemia y de lanzar una clara señal de confianza para que se recuperen las inversiones en el ámbito del desarrollo sostenible, que están sufriendo un gran desplome con la crisis.
Según la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, los mercados emergentes y en desarrollo han perdido unos 100.000 millones de dólares debido a la «búsqueda de seguridad», tres veces más que durante la crisis financiera global de 2008, aunque la tendencia se ha frenado gracias a las acciones de incremento de liquidez de los bancos centrales.
La Comisión Europea (CE), representada por su presidenta, Ursula von der Leyen, propuso una “iniciativa de recuperación global» que combine ambos elementos, con inversiones y alivio de la deuda a los países necesitados.
RECONSTRUIR UN MUNDO MEJOR
Todos los participantes defendieron además la importancia de aprovechar la actual crisis para reconstruir un mundo mejor, con más igualdad y un modelo económico más sostenible, en línea con los objetivos de desarrollo de la ONU.
Así lo subrayaron, por ejemplo Boris Johnson, que pidió edificar la recuperación sobre una economía global más resiliente, ecológica y justa, o Pedro Sánchez, que pidió la colaboración del sector privado para avanzar a “hacia modelos económicos más inclusivos, justos y sostenibles».
«Nuestro mundo está afectado por enormes fragilidades: sistemas de salud débiles, un cambio climático desbocado, niveles insostenibles de desigualdad. (…) No podemos contemplar un retorno a los mismos sistemas y prioridades fracasados», dijo Guterres.
Tras la cumbre de este jueves, los países e instituciones internacionales continuarán abordando propuestas en seis grupos de trabajo temáticos con la vista puesta en ofrecer propuestas concretas en una reunión ministerial a mediados de julio.