El Abierto de Tenis de los Estados Unidos, previsto para disputarse entre el 24 de agosto y el 13 de septiembre, está haciendo todo lo posible por tratar de sacar adelante su edición de 2020 y baraja, entre otras muchas medidas, la posibilidad de trasladar la sede a Orlando o a las pistas de Indian Wells.
Dado que Nueva York es el foco de la pandemia del coronavirus en Estados Unidos, el torneo podría abandonar esta temporada Flushing Meadows, algo que ya ha reconocido Stacey Allaster, directora ejecutivadel tenis profesional en la Federación de Tenis de Estados Unidos (USTA).
El objetivo es «minimizar el riesgo», por eso las medidas que se pueden adoptar sean muy radicales, como el hecho de jugar a puerta cerrada, una circunstancia que va tomando cada vez más cuerpo.
La mencionada Allaster ha comentado que están «concentrados en todo esto en un 150%. Es lo único en lo que pensamos cuando nos despertamos. Es nuestra responsabilidad estudiar la posibilidad de una fecha y lugar alternativos, pero esa no es la única prioridad».
La decisión definitiva será tomada en el mes de julio y mientras esa fecha llega se barajan las siguientes medidas: vuelos charter, recogepelotas adultos, controles de temperatura y si público en las gradas.
Medidas muy estrictas
También se habla de suministrar indicaciones individualizadas para los jugadores que lleguen de zonas de riesgo como Europa (París, Viena y Frankfurt), América del Sur (Buenos Aires) y Asia (Dubai). Antes de subir a sus respectivos aviones, los jugadores deberán ser examinados y tener pruebas de que son negativos en la Covid-19.
Luego, una vez en el lugar, se establecería un seguimiento diario: cuestionario de salud a rellenar, controles de temperatura, pruebas nasales, de saliva y anticuerpos.
Lo que parece cada vez más claro es que, en caso de disputarse, se hará a puerta cerrada y sin los 850.000 espectadores que pasaron el año pasado por las instalaciones del torneo. «Cada vez hay menos posibilidades de jugar con gente», explicó Lew Sherr, director financiero de la USTA.
«Los derechos de televisión, digitales y el resto de patrocinadores son lo suficientemente grandes como para que valga la pena jugar el US Open a puerta cerrada», añadió al respecto de todo esto.
El número de jueces de línea puede ser también reducido, con lo cual, el «Ojo de Halcón» cobraría mayor importancia.
La USTA, por otro lado, podría crear vestuarios adicionales, incluso utilizando las instalaciones que albergaron cientos de camas de hospital temporal que funcionó en el estadio y mejorar el sistema de ventilación. «Si alguien viene a Flushing Meadows sólo para entrenar, vienen, entrenan y vuelven al hotel», concluyó Allaster.
Agencia EFE
