EFE, NUEVA YORK.- El candidato demócrata a la Presidencia de EE.UU., Joe Biden, creó un equipo legal con cientos de abogados y expertos para hacer frente a la posibilidad de que el resultado de las elecciones del 3 de noviembre tenga que disputarse en los tribunales, informó este lunes The New York Times.
El “cuarto de guerra” está dirigido por dos expertos legales que han trabajado para el expresidente demócrata Barack Obama y, según la campaña de Biden, será “el mayor programa de protección electoral en la historia de las campañas presidenciales”.
La intención de este numeroso equipo es salvaguardar la integridad de las elecciones e iniciar litigios cuando consideren que se vulnera el derecho al voto o sobre el recuento, que puede complicarse debido a que la pandemia llevará a un récord de votantes a votar por vía postal, algo que el presidente Donald Trump, aspirante a la reelección, ha señalado de ser fraudulento.
El equipo estará dirigido por Dana Remus, asesora legal de la campaña de Biden y exresponsable de asuntos jurídicos de la Fundación Obama, y Bob Bauer, asesor legal durante el mandato de Obama y que desde el verano trabaja como asesor de Biden.
Ambos están encargados de establecer una unidad de “litigios especiales” que contará con el liderazgo de dos exabogados del Estado y que supervisarán a cientos de abogados distribuidos en todo el país con el objetivo de plantear posible demandas a nivel estatal o local en material electoral.
El equipo contará con la ayuda del primer fiscal general de la ´Presidencia de Obama, Eric Holder, quien coordinará acciones legales entre la campaña y grupos independientes progresistas o vinculados a los demócratas que disputen aspectos del proceso electoral.
En entrevista con el diario The New York Times, Bauer aseguró que hay temores de que Trump está utilizando los poderes del Gobierno federal para su beneficio político.
Las dimensiones de esta gran operación legal dentro de la campaña de Biden demuestran que los demócratas tienen temor real de que el resultado de las elecciones del 3 de noviembre pueda ser disputado en los tribunales y que no se pueda aclarar el ganador de los comicios hasta después de la fecha electoral, similar a como ocurrió en el año 2000, cuyo resultado tras el recuento fallido de Florida decidió el Tribunal Supremo.
En los últimos meses, Trump ha elevado sus crítica al voto por correo, porque en su opinión puede permitir que personas no registradas voten, al mismo tiempo que pidió que se vote dos veces si se vota por correo, para asegurarse de que la papeleta queda registrada, algo que es considerado fraude electoral.
Asimismo, el mandatario ha dicho que los demócratas solo podrán ganar si manipulan las elecciones, elevando el fantasma de la legitimidad de las elecciones.
En el Congreso, los demócratas han indagado en las medidas tomadas por el nuevo responsable del servicio postal, Louis DeJoy, un importante donante republicano, que ha iniciado una campaña de recortes que para algunos legisladores responde a una intención de afectar al voto por correo, algo que el funcionario ha negado.