EFE, MINSK.- El ministro de Deportes de Bielorrusia, Serguéi Kovalchuk, firmó un decreto en el que obliga a los deportistas por contrato a aprenderse el himno nacional y no hacer declaraciones a la prensa sin autorización de sus clubes o federaciones.
Según informa el diario digital Tut.by, el decreto estipula en uno de sus puntos que los deportistas deben conocer de memoria la letra y la música del himno bielorruso.
El documento obliga a los deportistas a utilizar u ondear sólo la bandera y los símbolos nacionales (roja y verde), en clara oposición a la enseña rojiblanca, que se ha convertido en uno de los símbolos de las protestas.
También prohíbe a los deportistas profesionales hacer declaraciones o publicar comentarios en los medios de comunicación sin consultarlo previamente con sus jefes.
Cientos de deportistas firmaron a finales de agosto una carta abierta en la que desafiaban al autoritario presidente del país, Alexandr Lukashenko, al que exigieron que convocara nuevas elecciones y pusiera fin a la represión policial.
Seguidamente, casi un centenar de futbolistas bielorrusos demandaron el fin de la violencia policial en un vídeo colgado en un canal de YouTube.
La baloncestista Yelena Levchenko denunció la “presión psicológica” sobre los atletas y consideró que dicho decreto es una violación de los derechos humanos.
“Según el artículo 33 de la Constitución, cada persona tiene libertad de opinión, convicción y expresión. Nadie puede ser obligado a expresar sus opiniones o renunciar a ellas. Es decir, ocurre que se viola la Constitución ¿Cómo es posible?”, comentó.
Levchenko, pívot de la selección nacional, alertó de que su país se parece cada vez más a Corea del Norte.
“En el siglo XXI no es posible adoptar esos métodos en el centro de Europa”, apuntó.
Deportistas como la tenista Victoria Azarenka o el técnico del CSKA Moscú, Víctor Goncharenko, se han mostrado muy críticos con Lukashenko y las fuerzas de seguridad.
El delantero Iliá Shkurin, que milita en el CSKA Moscú, anunció que renuncia a representar a su equipo nacional mientras Lukashenko sea presidente.
La policía contribuyó a la ola de solidaridad del fútbol nacional con las protestas al detener a Antón Saroka, delantero del todopoderoso BATÉ Borísov.
Saroka, de 28 años, fue arrestado el 11 de agosto por participar en las manifestaciones que estallaron en la capital bielorrusa y fue condenado a siete días en un centro de reclusión, donde las organizaciones de derechos humanos han denunciado numerosos casos de abusos y tortura.
La federación nacional de fútbol, cuya liga es la única de Europa que se disputó durante la pandemia, llamó a los jugadores a no opinar sobre la situación política en el país.
Lukashenko, en el poder desde 1994, es un gran aficionado al hockey sobre hielo, cuyas estrellas se han mantenido al margen de la revolución pacífica en marcha en la antigua república soviética.